Para Venezuela, lograr un suministro seguro y confiable de su energía eléctrica requiere el concurso de todos, verlo solo como una responsabilidad del gobierno, sería una solución cómoda y no real, en el corto o mediano plazo.
Se requiere una acción mancomunada, donde todos los actores: demandantes y oferentes del servicio eléctrico participen. Es un tema de estado, de seguridad nacional.
Cuando se requieren las medidas de corte eléctrico o racionamiento, todos nos vemos afectados, y se nos genera un sentimiento de angustia e incertidumbre donde lo político o ideológico, deja de tener significado. La prioridad pasa a ser la protección de la familia, nuestros alimentos, nuestra calidad de vida.
¿Pero hay solución en el corto plazo para llegar a ese equilibrio del suministro de energía eléctrica que ya no requiera racionamiento del servicio?
Si, lo hay. Se requiere en paralelo a los planes macros de recuperación de la red eléctrica, abordar directamente al gran demandante de energía del país, que es el sector residencial. Porque es ese sector, quien consume, y aquí este porcentaje es conservador, al menos el
50% del suministro eléctrico nacional.
¿Cuál es esa estrategia?
Hablamos de una estrategia a la venezolana.
Crear suministros alternos de energía directamente, de manera individualizada, a ese gran demandante, que es el residencial, que cada día crece más y por ente exige del servicio eléctrico.
¿Qué significa, cuando digo, suministros alternos de energía directamente de manera individualizada al sector residencial?
Nos referimos a auxiliar desde una vivienda unifamiliar, hasta edificios, comunidades remotas, pueblos, barrios, parroquias enteras, a través del suministro y almacenamiento de energía con tecnología fotovoltaica.
Aclaro de una vez, que yo no estoy vendiendo ni paneles solares ni sistemas de tecnologías fotovoltaicas, yo estoy es exponiendo una solución de gobierno, una estrategia para recuperarnos y mitigar la incertidumbre que nos generan los cortes de la energía eléctrica. Una respuesta inmediata, para normalizar, robustecer y avanzar en el fortalecimiento de ese gran dinamizador de la economía, que es el sector eléctrico.
¿Esta estrategia se me ocurrió en uno de esos días de trasnochos o me la copie de alguna parte en internet?
No. un rotundo NO. Yo me dedico desde hace más de una década a la instalación de sistemas fotovoltaicos a nivel residencial, industrial y comercial, tanto en los Canadá como en los EEUU. Y veo y entiendo por qué esos países generan inmensos estímulos al sector residencial, animándolos a instalar sistemas fotovoltaicos como una estrategia para proteger su red eléctrica estatal o provincial.
Ellos, también permanentemente sufren de las contingencias eléctricas y buscan calmar, darle tranquilidad a su población. Y tal ha sido la respuesta en positivo, que en los últimos años los gobiernos de esos países han acelerado las inversiones, en energías renovables, fundamentalmente en las energías fotovoltaicas, por su facilidad de adaptarse al sector residencial.
Para el caso venezolano, en una primera etapa, se debe comenzar a independizar progresivamente de la red, el sector residencial, con tecnología fotovoltaica que tenga capacidad de almacenamiento, es decir, adicionarle baterías de ciclos profundos, lo que les permita que aun produciéndose los racionamiento eléctricos, siempre dispondrá de energía eléctrica acumulada para funcionar con los consumes básicos.
Es un programa social, que debe liderar el gobierno nacional al igual como lo ha hecho con la Misión Vivienda.
Y en una segunda etapa, igual debe animar, a través de estímulos, al sector privado a invertir como pequeños o medianos generadores eléctricos que vendan a la red su producción eléctrica con estas tecnologías alternativas.
En ambos casos estas acciones ayudarían de manera inmediata, a la red eléctrica nacional a estabilizarse.
Es impensable en el presente creer que la solución es irnos por megaproyectos y mega inversiones, no al menos en el corto o mediano plazo.
Pero si es pensable invertir en el auxilio de los habitantes para que dispongan al menos un 1 Kilowatt social de almacenamiento, que le garanticen funcionar aún en las contingencias de los cortes o racionamientos eléctricos.
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¡El Sol y su energía fotovoltaica espera por nosotros!
Ing. Lenin Cardozo