Un obispo, sacerdotes y feligreses llevan una semana asediados por la policía, que el sábado prohibió las peregrinaciones en Managua, capital de Nicaragua.
Un obispo y un grupo de sacerdotes y feligreses de Nicaragua, llevan una semana asediados por la policía en la región de Matagalpa, en el norte del país.
Las autoridades acusan al obispo Rolando Álvarez de desestabilizar el Estado y organizar grupos violentos. Grupos de derechos humanos han escrito al Vaticano, para que intervenga en la situación, que condenan como un ataque a la libertad religiosa.
«Estamos bien de salud», dijo el jueves el obispo Rolando Álvarez durante una misa transmitida en Facebook. Él y al menos otras 12 personas, entre ellas cinco sacerdotes, llevan más de una semana detenidos por la policía en su iglesia por condenar el cierre de las radios religiosas.
Al igual que muchas organizaciones humanitarias, la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos está pendiente de lo que pueda ocurrirle.
«Son situaciones de asedio, represión, persecución, secuestros y un grupo que acompaña a sacerdotes y laicos como organizaciones de derechos humanos», explicó a medios locales, Álvaro Leiva, secretario general de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos.
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Prensa LOV/CCGuerra
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