Un 25 de octubre de 1788 fue bautizado en lo que hoy es la Catedral de Maracaibo un niño que recibió el nombre de “Rafael José, nacido un día antes, de la unión de Don Miguel Gerónimo Urdaneta y María Alejandrina Farías. Veintidós años después, este joven zuliano se alistaría en las fuerzas patriotas con el grado de teniente, para iniciar una vida de lucha, heroísmo y ejemplo de valores humanos al servicio de su patria.
Rafael Urdaneta fue un hombre excepcional, cuya lealtad a los principios y al Libertador, su comprensión y defensa del proyecto de la Gran Colombia, y sus servicios impecables en el campo militar, como funcionario público y ciudadano de bien, le merecieron el reconocimiento por como el más leal de los leales.
Calificado también por Simón Bolívar como “El Brillante” por sus capacidades estratégicas y su heroísmo, su legado fue empañado en la historiografía por los enemigos del Libertador. Los separatistas que atacaron el proyecto de la Gran Colombia emprendieron una campaña para desvirtuar la imagen y la obra de este gran zuliano. Hicieron rodar supuestas anécdotas, para debilitar sus posibilidades de continuar el proyecto bolivariano, atacando su prestigio.
Tuvo una vida de entrega a los más altos intereses patrióticos, signado por las proezas, el temple y la dura realidad de la guerra por la independencia que enrostraron nuestros antepasados, desde los campesinos convertidos en soldados y sus mujeres, hasta los más altos oficiales.
Rafael Urdaneta fue general a la edad de 26 años. Presidente del Senado, Comandante General de Cundinamarca, Secretario de Guerra y Marina de la República de la Gran Colombia, miembro del Congreso Constituyente. En 1829, trató de salvar la obra bolivariana y la unidad de la Gran Colombia encargándose de la presidencia, ante la fragmentación que se impulsaba desde Quito, desde Valencia y en la propia Bogotá.
Los relatos –con frecuencia, conmovedores, sin proponérselo- contenidos en cartas y partes militares son referencia de los sacrificios que hicieron nuestros próceres, reconocidos y anónimos, para legarnos naciones destinadas a un brillante porvenir. Rafael Urdaneta, fue un héroe excepcional, respaldado por una moral inconmovible, un desprendimiento ilimitado, sobre todo una actitud audaz y creadora de patrias libres, dejándonos la unidad gran colombiana como herencia.
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FRANCISCO J. ARIAS CÁRDENAS
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