Su canción me permitió ser más sensible. No hablo de un hombre común, hablo de un hombre más allá del hombre, Alí Rafael Primera Rossell, ese personaje de la canción popular y revolucionaria.
Mi encuentro con la humildad de una gran familia en Falcón.
Llegando el primer mes del año 1993 trabajando en Radio Marabina 1.420 am, una emisora que logró posicionarse en el gusto de los oyentes, 24 horas de música folclórica, mi programa “Yo soy Venezuela” se dejaba escuchar desde el año anterior, así como muchos otros programas.
Sentada en la silla de mimbre en medio de la sala de la desaparecida Radio Maracaibo, pensando cómo hacer que todo fuera más bonito y ameno para el oyente, de repente pensé en Alí Primera.
Me fui en busca del compañero, amigo, y compadre Wallí Montiel, le comenté que le parece si hacemos una transmisión desde la casa de Alí en Punto Fijo. Me miró sonreído y me dijo “consúltalo con Pool, y con el director”.
Me dispuse a preguntarles que les parecía? recibí de inmediato un “te volviste loca” la voz de Pool Ettien, ese negro malasangre, pero buena gente, dale móntate en eso pero “yo no voy porque me mata Yaque” dijo con su lengua mocha-.
El director Excio Puche, recibió con agrado mi planteamiento, pero me dijo que buscara para cancelar los gastos de línea de teléfono. Cabe mencionar que Excio siempre daba oportunidad al equipo para hacer cosas para bien del oyente y mantener la sintonía.
Empecé a buscar ayuda como siempre, el Profe Temístocles Cabeza, apoyando mis andanzas y allí está su apoyo moral y en dinero, recuerdo que fui a autodesarrollo de la Universidad del Zulia (LUZ) y allí le hablé.
-“Mi paisana siempre sonando, me dijo”.
Rápido emprendimos la tarea de grabar promoción, organizar logística, buscar traslado, contactos en Falcón, llamar al Panita José Montecano.
Recuerdo un enamorado que tenía en la Universidad, negrito como la noche, lo llamé y le pedí nos ayudara con el hospedaje en Coro, Félix Madrid, actualmente abogado, no tengo sus contactos, otro apoyo lo obtuvimos de Ernesto Acosta, de vez en cuando sé de él y el pana José Van Der Bierst y otros compañeros de la universidad.
¡Y llego el día! ya con un carro contratado de Taxis la Marina, dispusimos el viaje, el profesor José Fuenmayor, Yasmine Delmoral quien era asistente y amiga, Héctor el operador y la hija de Clemente y Silveria.
Entre canciones, chistes y muchas ganas de vivir, ya camino a Coro, la primera ciudad de Venezuela, la de la cruz de San Clemente, y donde se realizó la primera misa en tierra, allí cada casa tiene una historia y representa la lucha y el alma religiosa de nuestros pueblos.
La brisa en la plaza, su catedral, todo en Coro es remembranzas, las piedras de su calle principal cuenta quienes somos.
Allá nos reunimos con el Alcalde Aldo Maldonado, muy buena atención, fuimos al museo y conocimos mucho, por la tarde fuimos a la Plaza de los Médanos, allí nos ofrecieron los panas cucuy de penca, bebida artesanal con agradable aroma y sabor fuerte, la tertulia se ponían buena.
Los cuentos y la música para festejar el encuentro, así pasaron las horas y muy entrada la noche fuimos al sitio donde dormiríamos, nadie salió, nadie nos abrió seguíamos de risas y aguardiente.
Llegamos a la última opción un apartamento en reparación de uno de los muchachos, sin agua sin luz, allí seguimos echando cuentos y tirados en el piso de la sala, pues allí no habían camas, muebles, nada, así dormimos creo, una o dos horas.
En la mañana ¡Qué peaaa! . Recuerdo mis quejidos “no puedo me duele la cabeza”, salimos sin más a buscar agua, café, desayuno, yo no podía, mi cuerpo, mi cabeza, no estaban conectados; igual así nos fuimos a Punto Fijo.
Guaooo, el Barrio que vio crecer a Alí…. allí estábamos listos para trabajar.
Una casa humilde, creo, pintada de verde y azul, el techo de zinc y unas sillas tejidas en el porche, los vecinos miraban y comentaban, era un barrio normal, una mañana normal, con el Sol de Falcón que te quema y que ilumina hoy más que nunca.
Salió el panita Montecano con su voz y su sonrisa dándonos la bienvenida, una camisa manga corta de cuadritos, pantalón marrón. Pues bien estábamos en las calles donde jugaba, cantaba y andaba el padre cantor, sus hermanos, sus hermanas.
Pero todo seguía girando en mi cabeza, con vergüenza, pero no podía, entre devolver lo consumido, la fatiga, el mareo, diría mi amiga Rosita Meléndez, mi hermana nacida en Portuguesa, que murió muy joven de un cáncer que la torturó y que logró antes de irse el título de Cronista de su tierra mi amiga diría “qué pea moral cargáis”.
Me ofrecieron recostarme y me llevaron al cuartico de Alí, allí estaba yo mirando paredes, piso todo me asombraba y yo acostada en la cama de Alí ¡Dios que grandioso!, pero mi pea y mi cabeza se puso peor y si ahora la pea es de cocuy…la pea es moral.
Pensaba…qué pensaría Alí de mí. Llego un vaso de jugo de tomate la voz de mujer de pueblo me dijo… “¨ha mundo tómate esto para que te suba el potasio” dijo la voz de la hermana del cantor.
Un poco mejor, el sol me hacía daño, pero a trabajar, a eso vine y comencé a transmitir en vivo para Maracaibo, me imagino cuantas personas estaban atentos, Montecano me contó de sus andanzas de niño con Alí o “yiyo” me dijo que “mi panita te voy a decir que Alí y todos los hermanos corríamos, jugaban, comían frutas nos subíamos a las matas y eran muchos y muchas cosas…»
Su hermano Aciclor, mucho mayor que el panita también, me contó de la sensibilidad de Alí, era un hombre muy sensible, le dolían los dolores de los otros, sufría los sufrimientos de los demás, era muy querendón de la familia de Carmen Adela. Y Carmen Adela ¿dónde está? Pregunté -Mamá está en el hospital, un poco malita y allá la tratan bien y con los sueros y los medicamentos a la hora se pone mejor, ella sabe que ustedes están aquí y la espera allá que no se vaya sin saludarla.
Y fuimos en busca del sol decía Alí.
En la cama del hospital, de ese cuarto frio, paredes azules estaba ella, una sonrisa complaciente, un rostro con años encima, allí la mentora de Alí, la que lo parió, lo amamantó, lo formó la que nunca pierde su enlace con ese hijo, es que las madres, guardan conexión universal eterna con sus hijos.
“Que honor conocerla Sra. Carmen Adela, que orgullo, que momento… allí mis lágrimas rodaron por mis mejillas y cuando escribo recuerdo y nuevamente aparecen en mis ojos las gotas saladas que salen de mi remembranza y salimos, fue muy rápida la visita.”
En pleno viaje de regreso cargados de ilusiones e historias, ese día le prometí a Carmen Adela y Alí -no recuerdo si se lo dije a Montecano- desde ese momento siempre mientras exista mi programa de radio “YO SOY VENEZUELA” Alí cantará la primera canción, porque él me invitó al compromiso conmigo, con la patria, con la vida.
Una buena jornada de trabajo en camino el caucho se pincha, bueno allí con sol, pea y hambre entre los cujíes que lloran de dolor por el sol candente de la tarde, José Fuenmayor que le tocó hacer mucha parte de la transmisión, gran profesional de la locución, un maestro, me dice ¡desde hoy gocha! serás la “gocha de oro” y bueno sigo siendo la gocha de oro y Alí siempre se escuchaba en todos mis programas.
Gracias a ese ser maravilloso, Alí Primera, soy más sensible, más solidaria y ando siempre en busca de cosas nuevas y del amor.
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Magali Briceño.
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