Maracaibo es una ciudad prácticamente plana salvo algunas zonas elevadas, pero por lo general se sitúa pocos metros sobre el nivel del lago de Maracaibo y los drenajes de aguas de lluvia no son iguales a los de otras ciudades en donde existen sistemas de alcantarillado y colectores subterráneos que canalizan las aguas hasta sitios de alivio natural.
En nuestra ciudad, estas aguas de lluvia se drenan superficialmente a nivel de calle lo cual repercute en la durabilidad de las mismas, llevando estas aguas a nuestras cañadas o algunos embaulamientos que finalmente conducen al estrecho del lago.
Muchas zonas de la ciudad por estar ubicadas en zonas relativamente bajas, son propensas en épocas de lluvia o tormentas tropicales a las inundaciones, aunadas al colapso de las cañadas, que son los drenajes naturales de la ciudad, En ocasiones estas cañadas se obstruyen por la acumulación de basura o sedimentos y por la falta de limpieza y mantenimiento. Obras que requieren una inversión significativa debido a la importancia que tienen para la ciudad.
El sistema de drenaje natural que recoge las aguas de lluvia y las conduce hacia el Lago de Maracaibo está conformado por las siguientes cañadas (descritas de sur a norte): La Arreaga, El Potente, Santo Domingo, Cacaíto, Morillo, O’Leary, Zulia, San Martín, Cotorrera, Zapara, Caribe I y II, y La Fénix. Aunque en la zona las lluvias son eventos de baja frecuencia, precipitaciones extraordinarias más repetidas e intensas provocan la rápida saturación de los suelos, trayendo como consecuencia inundaciones de los terrenos llanos de la planicie de Maracaibo. El paso de huracanes por el Mar Caribe suele ser la causa de estas precipitaciones anormales y prolongadas.
Si bien la ciudad dispone de canales naturales (cañadas) o artificiales para el drenaje de aguas, la invasión de los cauces naturales, el relleno de los canales por sedimentación, raramente por derrumbes, o por el vertido de residuos sólidos y la deforestación, ha incrementado el riesgo de desbordamiento y el arrastre de viviendas durante vaguadas y aguaceros torrenciales. Efectos destacados de este fenómeno son el colapso de las principales vías de comunicación y de las redes de drenaje y abastecimiento de agua.
Existen algunos factores o condiciones que inciden en las inundaciones de algunas zonas de Maracaibo, estas pueden ser: Ocupación urbana en zonas anegables, cercanía a cañadas, obstrucción de cursos de agua, cotas elevadas en la vialidad y obras de modificación de la topografía, pobre red de drenajes, estaciones de bombeo y plantas de tratamiento de aguas servidas sin funcionamiento, baja permeabilidad de suelos debido en algunas zonas por tener un nivel freático muy alto ocasionado por la cercanía al lago de Maracaibo y por último el efecto lunar sobre las mareas. Pero la más importante es la no ejecución de las obras y planes necesarios para evitar las mismas.
Las inundaciones en Maracaibo como un problema urbano
Si bien el fenómeno de las inundaciones también ocurre en zonas rurales, es en las ciudades donde representa un gran problema debido a la alta concentración de gente, bienes e infraestructura afectada y en riesgo.
En el campo del control de inundaciones, el cambio de estrategias es urgente e inaplazable. Gran parte de las urbes de nuestro tiempo, entre ellas todas las venezolanas, gestionan sus aguas pluviales de acuerdo con conceptos que tienen más de un siglo de antigüedad, como las soluciones «al final del tubo» o la contención de las inundaciones «aguas abajo», cuando, por su volumen, son incontrolables.
Esto sucede porque dependen de un sistema caduco, obsoleto e inoperante. Otra característica del sistema convencional de drenaje es su centralidad, su dependencia de la administración local, regional o nacional, que puede ser buena, regular o incompetente.
En este contexto se requiere de soluciones prontas, nuevas, distintas, innovadoras y descentralizadas, que deben surgir, al menos en parte, de quienes tienen en sus manos la construcción de las ciudades, en pocas palabras: los arquitectos, urbanistas, gobernantes e instituciones.
Por último, para que las ciudades lleguen a ser verdaderamente resilientes frente a las inundaciones es crucial que los expertos participen activamente en la gestión del recurso pluvial, que asuman una responsabilidad vinculada al diseño arquitectónico y urbano, aplicando para ello, en todos los proyectos que realicen, incluso en los que ejecuten en el ámbito académico.
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Arq. José Antonio Robles
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