Hoy hablamos del Caracol Africano

En Venezuela, especialmente en oriente y en nuestra Sierra de Perijá, existen unos Caracoles Gigantes, los llamamos Guácara. Este gigante venezolano tie una canción que nos puede ayudar a saber sobre otro caracol introducido, que viene de África, el Caracol Africano o Caracol Gigante Africano.

En la canción de nuestro Luis Mariano Rivera y cantada por nuestro Gualberto Ibarreto, dice que la Guácara tiene forma de Caracol,  vive en la humedad tranquila, huye de los rayos del sol. Comparte con el Caracol Africano esas características: es un Caracol, vive en cañadas, jardines y montes húmedos, sale de noche (le huye al sol). Sigue la canción diciendo, que al empezar las lluvias que mojan el suelo, germinan las semillas, salen los brotes y empieza a prosperar el monte, sale la Guácara, el Caracol Africano, también.

En la canción dice que la Guácara sale de su escondite. Es que en el verano tanto la Guácara como el Caracol Africano, se «enconchan» para sobrevivir en un proceso que se llama ESTIVACIÓN (equivalente a la hibernación, que en su caso es por el invierno severo), se acomoda dentro de la concha y sella con una capa cálcica para su protección.

Sigue la canción diciendo que en la arena mojada al caminar tan lentamente, deja una estela plateada. Estos caracoles tienen una estructura para movilizarse, «el pie», que se provee de una secreción para facilitar su desplazamiento que se queda en dónde va pasando (la canción dice, deja una estela plateada). Está es la causa de la presencia del Caracol Africano en Venezuela y muchas partes del Planeta, la extracción de la «Baba de Caracol» para su uso cosmético.

Se produjo una ola de emprendedores extractores de la Baba de Caracol y de sus terrarios, escaparon en forma de huevos o en fases tempranas del desarrollo del caracol, llegando a cañadas y terrenos abandonados. Luego la limpieza de las cañadas antes de las lluvias, llevaron la extracción a otras partes donde eran depositados por los camiones y con ellos, los huevos y caracoles.

El Caracol Africano tiene nombre científico, Lissachantina fulica (antes Achantina fulica). Es un molusco (Filo Mollusca) de la Clase Gasterópoda (pie en la barriga). Tiene un órgano musculoso para su locomoción.  Desarrolla una concha y en su desarrollo hace una torsión (pone las vísceras por encima de todo, con esta maniobra, le da la ventaja de poder esconder primero la cabeza en la concha).

El Caracol Africano pertenece al Orden Stilomastogophora, por lo que es pulmonsdo (posee dos pulmones). Además posee dos pares de tentáculos, los ojos en el par superior (en la canción de Guácara dice que sus ojos son dos cachitos que reflejan su tristeza).

El brote de Caracoles Africanos, que lo están reflejando en los medios, es debido a las lluvias, que le da condiciones para salir a buscar su alimento (hojas de plantas ornamentales, arbustos, árboles y basura vegetal). El brote terminará cuando se «enconchen» pues viene la época seca y desarrollarán la Estivación.

Papel Epidemiológico

El Caracol Africano en sí, no produce enfermedades. Se puede decir que su función de transporte es igual o parecida a moscas, cucarachas y roedores. En su papel de transporte (nicho ecológico), traslada virus, bacterias y parásitos que están presentes en las cañadas, que lamentable tienen aguas residuales a las cercanía de nuestras cocinas, de nuestras niñas, niños, adolescentes y nuestras mascotas.

Entre los gérmenes que pudiera transportar hasta nuestros domicilios, instituciones, gobiernos y empresas, están los virus que producen diarrea (incluye rotavirus y el virus del polio si está circulando), bacterias como las Escherichias, salmonelas y shiguelas, parásitos como las amibas, giardias, balantidios, chilomastix, Bastocistys, otros parásitos.

Pero debemos atender a una referencia que nos alerta que el Caracol Africano al igual que la Bionfalaria, puede albergar al Schistosoma mansoni, parásitos  causante de la Bilharzia. En Venezuela, los estados centrales es la Bioregión que presenta está enfermedad, aunque hay reportes del molusco y lados escasos casos en nuestra Sierra de Perijá.

La otra advertencia es que los Caracoles Africanos pueden contaminarnos del

Angiostrongilus cantonensi, productor de la encefalopatía eosinofílica. Afortunadamente, en Venezuela no se presenta excepto reportes de menos de Cinco casos.

Qué hacer

El esfuerzo debe contar con la responsabilidad compartida (pueblo, instituciones , organizaciones, empresas y gobiernos). Existe un plan nacional de control de los Caracoles Africanos, liderado por los Ministerios del Poder Popular para la  Agricultura y para la Salud. En este último, recae sobre Dirección Nacional de Salud Ambiental.

– Una vez detectada la presencia de Caracoles Africanos deben hacer la denuncia ante las oficinas de Salud Ambiental, ubicadas en el cruce de Delicias con Dr Portillo, en la coordinación de Control de Vectores y Fauna Nociva.

– Lo mejor es esperar a los técnicos de Salud Ambiental para el control del Caracol Africano. Su manipulación debe ser con guantes y el procedimiento final con suma cautela.

– En caso que nuestras niñas, niños adolescentes o mascotas entren en contacto con el Caracol Africano, hacer medidas higiénicas (lavar con agua y jabón).

– Mantener la higiene de jardines, patios, bosques (limpieza, retiro de escombros, manejo de la basura en bolsas).

– Para ser más integral, usted debe reconocer e informar si es solo nuestra comunidad la que tiene presencia de Caracol Africano. Además reportará a la Cuenca o subcuenca hidrográfica a la pertenece la Comunidad. En el caso de Maracaibo, Cuenca de la Cañada Fénix, Cuenca de la Cañada Zapara, Cuenca del Río El Manglar (Cañada Morillo), Cuenca de la Cañada La Arreaga, Cuenca de los Cerros de Los Haticos y de El Milagro).

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Elio Ríos Serrano
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