El evento será posible gracias a la capacidad de organización y credibilidad de quiénes están al frente de su organización. El éxito organizativo de las Pequeñas Ligas de Béisbol de Venezuela data desde su mismo nacimiento en 1956 cuando vieron la luz por primera vez en suelo zuliano de la mano de entusiastas dirigentes criollos liderados por el norteamericano Frank Poteraj, que sembró esa semilla hace 67 años.
La vigencia de ese legado les ha mantenido firmes en más de medio siglo reflejando una extraordinaria capacidad de planificación, ejemplo que trasciende las fronteras nacionales llegando hasta cada país donde el movimiento tuvo germen.
Esa senda, marcada por muchos altibajos, unos más intensos que otros sobre todo en la última década, ha dejado prueba irrefutable de su vigencia como organización deportiva exitosa.
Ello, gracias al trabajo tesonero y constante de muchos hombres y mujeres, unos retirados, otros fuera del plano terrenal y muchos batallando todavía, que con amor al movimiento más que por otra razón, continúan esa labor aun nadando a contracorriente.
De acuerdo con Luis Urribarrí, exdirigente del movimiento en San Francisco, la organización del Latinoamericano infantil, próximo a inaugurarse en Maracaibo, es otra demostración del éxito de esa titánica labor.
“El apoyo que esa gente logró del gobierno nacional, regional, de los municipales de Maracaibo y San Francisco y de la empresa privada, confirman que allí hay hombres y mujeres capaces, dignos de toda la confianza para poner en sus manos los recursos y la organización de un evento internacional de estas dimensiones”, apuntó.
Aun con los tropiezos de los que se ha levantado gallardamente, de muchos entuertos por corregir y de los obstáculos que les espera en el camino, el Directorio Nacional de Pequeñas Ligas de Béisbol de Venezuela y el comité organizador del Latinoamericano infantil 2023, merece los aplausos y todo el reconocimiento por lograr llevar adelante otro evento tan costoso, en el marco de las deprimentes condiciones económicas que siguen azotando a todo el país.
El crédito para Raúl Salazar, Francisco Rangel, Germán Rojas, Gerardo Moreno, entre otros con igual mérito, quienes suben esta empinada cuesta respaldados por un grupo de aguerridas mujeres entre las que sobresalen Berenice Villalobos, Tania de Rojas, Violeta de Ocando, Thaís Bohórquez, Izandra Romero, Elena Bustamante, entre otras.
Urribarrí señaló que la ocasión es propicia para seguir rindiendo homenaje a los impulsores del movimiento, pilares fundamentales de su permanencia en el tiempo.
“Además de Poteraj podemos mencionar a Renato Borjas, Gilberto Ocando Yamarte, Jorge Antúnez, Judith de Negrette, Jóvito Gotera, Natividad Bermúdez, entre otros. También a muchos de los que hoy en día siguen al frente desde distintos rincones y posiciones; no solo del Zulia, sino también del interior del país hacia donde ha echado raíces la organización”, añadió.
«Apoyados en el lema ‘el objetivo es social, el deporte es solo un medio’, este movimiento de varias décadas en nuestro país, nos ha permitido formar hombres y mujeres deportistas; dirigentes, académicos y en fin buenos ciudadanos de gran calidad humana. Las Pequeñas Ligas siguen trabajando y luchando por seguir produciendo para Venezuela, los mejores hombres del mañana», acotó Urribarrí.
A partir de este domingo la fiesta de las Pequeñas Ligas vuelve a suelo zuliano con todo su sabor y emoción. Un gran momento para que la ciudad disfrute plenamente del espectáculo del béisbol infantil internacional gracias a este grupo de hombres y mujeres que sigue creyendo y apuesta por el país.
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Nota de Prensa
Prensa LOV/CCGuerra