Un tren de pasajeros en Grecia y otro de mercancías han chocado cuando circulaban por la misma vía en dirección contraria. El jefe de la estación de Larisa ha sido detenido.
Al menos 36 personas han muerto y hay más de 85 heridos
Vagones calcinados, ventanas esparcidas a kilómetros de distancia, columnas de humo. Grecia vive hoy una tragedia nacional, después del choque de dos trenes al norte de Larisa, en el centro del país. Al menos 36 personas han muerto y hay más de 85 heridos -seis de ellos muy graves- según confirman las autoridades. Los medios locales lo bautizan ya como el peor accidente ferroviario de la historia del país.
Es pronto aún para saber las causas del accidente, ocurrido en la noche del martes. El tren de pasajeros, que se dirigía a Tesalónica (la segunda ciudad de Grecia), chocó de frente con un tren de mercancías que circulaba en dirección contraria. Los dos iban por la misma vía, según confirmó el gobernador de la región de Thessalia, Kostas Agorastos. «Los vagones 1 y 2 ya no existen», declaró Agorastos.
Debido a la violencia y a la velocidad de la colisión, las locomotoras y los vagones delanteros quedaron absolutamente destrozados. Y los respectivos conductores y miembros de la tripulación murieron. Las primeras investigaciones apuntan a un error humano.
El jefe de la estación de la ciudad de Larisa ha sido detenido, según ha informado la policía. Un portavoz del gobierno griego ha revelado, además, que los dos trenes llevaban «varios kilómetros» circulando por la misma vía.
Alrededor de 150 bomberos y 40 ambulancias se trasladaron hasta el lugar. También lo hicieron grúas y mecánicos para levantar los vagones volcados y limpiar los escombros. Cerca de 200 pasajeros (de un total aproximado de 346) fueron evacuados en autobuses a Tesalónica. Se teme que la cifra de muertos suba en las próximas horas.
«Es una tragedia indescriptible»
«Es una tragedia indescriptible» dijo el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis desde el lugar del accidente. «Puedo garantizar que averiguaremos las causas de la tragedia y haremos todo lo que esté a nuestro alcance para algo así no vuelva a ocurrir». La presidenta del país, Katerina Sakelaropulu, también visitará la zona en breve.
Doce horas después del accidente, los periodistas presentes en el lugar describen un paisaje de destrucción. Masas amorfas de hierro fundido. Maletas abiertas, trozos de tela, de asientos. Pasa el tiempo y se desvanecen las esperanzas de encontrar vida bajo los esqueletos de metal.
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Con información El Mundo
Prensa LOV/CCGuerra