Científicos Alertan que se está formando un potente fenómeno de El Niño

El Niño hace que las temperaturas globales aumenten el año siguiente de su llegada, es decir 2024 para este ciclo.

El periodo 2023-2027 será muy probablemente el más caluroso jamás registrado, debido al impacto de los gases de efecto invernadero y el fenómeno meteorológico El Niño, que están provocando un aumento de las temperaturas, alertó la ONU.

“Hay un 98 % de probabilidades de que al menos uno de los próximos cinco años, y el quinquenio en su conjunto, sea el más caluroso jamás registrado”, declaró la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Este organismo especializado de Naciones Unidas estima además en un 66 % la probabilidad de que la temperatura promedio anual de la superficie de la Tierra supere en 1,5 °C los niveles preindustriales durante al menos uno de esos cinco años.

Los acuerdos de París sobre el clima (2015) establecían como objetivo limitar el aumento de las temperaturas globales en este siglo por debajo de 2 °C, en relación a los niveles preindustriales de 1850 a 1900, o a 1,5 °C en la medida de lo posible.

Los datos publicados el miércoles “no significan que superaremos de forma permanente el umbral de 1,5 °C del Acuerdo de París, que se refiere a un calentamiento a largo plazo sobre varios años”, sostuvo el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, citado en un comunicado.

“No obstante, la OMM está haciendo sonar la alarma al anunciar que superaremos el nivel de 1,5 °C de forma temporal y con mayor frecuencia”, añadió.

“Necesitamos estar preparados”

“Se espera un episodio de El Niño en los próximos meses y esto, combinado con cambio climático provocado por los seres humanos, hará que aumenten las temperaturas mundiales a niveles jamás alcanzados”, afirmó este especialista del clima.

“Esto tendrá repercusiones importantes sobre la salud, la seguridad alimentaria, la gestión del agua y el medio ambiente. Necesitamos estar preparados”, reiteró.

El Niño es un fenómeno climático natural generalmente asociado a un aumento de las temperaturas, una mayor sequía en ciertas partes el mundo y fuertes lluvias en otras.

Ocurrió por última vez en 2018-2019 y dio paso a un episodio particularmente largo de casi tres años de La Niña, que provoca efectos contrarios y en particular un descenso de las temperaturas.

A principios de mayo, la OMM estimó que había un 60 % de posibilidades de que El Niño se desarrollara a finales de julio y un 80 % de que lo hiciera a finales de septiembre.

Por lo general, El Niño hace que las temperaturas globales aumenten el año siguiente de su llegada, es decir 2024 para este ciclo.

A pesar del efecto amortiguador de La Niña, los últimos ocho años han sido los más calurosos registrados y 2016 detiene el récord.

Los gases de efecto invernadero -los tres principales son el CO2, el metano y el óxido nitroso- que se concentran en niveles récord en la atmósfera, atrapan el calor y hacen que suban las temperaturas.

Calentamiento global récord

“Estaremos observando este El Niño como un halcón”, dijo en un comunicado Josh Willis, científico del proyecto Sentinel-6 Michael Freilich en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Nasa en el sur de California. “Si es grande, el globo terráqueo verá un calentamiento récord, pero en el suroeste de los EE. UU. podríamos estar viendo otro invierno húmedo, inmediatamente después del remojo que tuvimos el invierno pasado”.

Tanto la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU. (NOAA) como la Organización Meteorológica Mundial han informado recientemente que hay mayores posibilidades de que El Niño se desarrolle a fines del verano. El monitoreo continuo de las condiciones del océano en el Pacífico por instrumentos y satélites como Sentinel-6 Michael Freilich debería ayudar a aclarar en los próximos meses cómo de fuerte podría llegar a ser.

“Cuando medimos el nivel del mar desde el espacio usando altímetros satelitales, conocemos no solo la forma y la altura del agua, sino también su movimiento, como Kelvin y otras ondas”, dijo Nadya Vinogradova Shiffer, científica del programa de la Nasa y gerente de Sentinel-6 Michael Freilich en Washington. “Las ondas del océano arrojan calor alrededor del planeta, trayendo calor y humedad a nuestras costas y cambiando nuestro clima”.

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Con información de AFP y Europa Press.

Prensa LOV/CCGuerra

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