Con el fin de la legislatura en el Parlamento Europeo, decenas de eurodiputados y cerca de 2.000 asesores parlamentarios pierden su puesto de trabajo y vuelven al mercado laboral: algunos intentarán quedarse en las instituciones de la UE, pero otros deberán reorientar su carrera profesional.
Así se vive el final de una legislatura en Bruselas
Es el caso del eurodiputado español Miguel Urbán, miembro de Anticapitalistas y del grupo de La Izquierda, que no se presentó a las elecciones del 9 de junio tras ejercer como parlamentario desde 2014, y ahora prepara las maletas para regresar a Madrid junto a su familia, instalada en Bruselas desde hace cuatro años, tras una primera etapa en la que él iba y venía para verles.
Su despacho en la Eurocámara, donde Urbán cita a EFE para una entrevista, está empantanado con 15 cajas de cartón apiladas, que son el número exacto que el Parlamento da a cada diputado que se marcha del hemiciclo para que pueda empaquetar su material de trabajo.
“Calculo que debo tener unos 400 libros en estas cajas, además de revistas y dosieres legislativos que he ido trabajando a lo largo de estos años. También guardo instrumentos musicales que regalaba a mis hijos cuando iba a algún país para hacer una misión como eurodiputado”, detalla.
Urbán tendrá derecho a diez meses de paro europeo, uno por cada año trabajado en las instituciones de la UE, que él, al menos de entrada, prevé aprovechar para “tomarse un tiempo” durante las vacaciones y adaptarse a su vida en España mientras busca un nuevo trabajo, preferiblemente vinculado al mundo de la cultura.
“Creo que es una lección bastante importante. Apuntarse al paro, buscar trabajo y demostrar lo que decíamos cuando entramos aquí: que la política no es una profesión, no puedes vivir siempre de ella, tiene que ser una cuestión rotatoria (…) Ahora nos toca buscarnos la vida como a cualquier otra persona”, asevera.
Asesores parlamentarios
Quienes también tendrá que buscarse la vida son los asesores parlamentarios que dejarán o perderán sus empleos, ya sea porque su eurodiputado no repite en el cargo o por cambios en los grupos políticos a partir del 16 de julio, la fecha de constitución del nuevo hemiciclo surgido tras las elecciones.
Hasta entonces, funcionarios del Parlamento Europeo atienden en un estand, estratégicamente situado en la planta principal del edificio, a todos los asesores que ya saben que dejarán su trabajo para guiarles con los trámites burocráticos de salida.
“Tienes que devolver todas las acreditaciones que te han dado, el ordenador y el móvil de trabajo y hacer el trámite más arduo de todos, que es pedir el paro… las instituciones de la UE tienen su propio régimen y es complejo solicitarlo porque debes seguir un proceso con mucho papeleo”, explica a EFE Sofia Wainsztein.
Ella ha trabajado como asesora del eurodiputado Jordi Solé, que no repitió en las listas del independentista catalán ERC, y aunque admite que le hubiese gustado seguir trabajando en la Eurocámara también está ilusionada por su planes de futuro que ahora pasan por estudiar un máster sobre diplomacia, impartido íntegramente en línea.
De los cerca de 2.000 asesores parlamentarios que ha habido durante la legislatura saliente, repetirán durante el próximo mandato el 60 % de ellos, según los cálculos de Flavien Deltort, creador de la plataforma Expert Europe, un portal web que pretende ayudarles a encontrar trabajo cuando dejan la Eurocámara.
“Al final de cada legislatura hay un ‘big bang’ dentro del Parlamento Europeo” porque se produce una gran renovación de asesores, remarca Deltort en una entrevista con EFE, y por ello defiende la idoneidad de su proyecto “colaborativo” que pone en contacto a exasesores con empresas, instituciones o universidades que buscan a perfiles expertos en asuntos europeos.
“Es gente muy multifuncional, que lo mismo te redacta enmiendas para una ley, te verifica un comunicado de prensa o te organiza un evento con horarios difíciles y con responsabilidades a veces muy altas (…) Son personas abiertas a trabajar en muchos sectores, muchos países y en muchos idiomas”, explica el responsable de desarrollo en español de la red Expert Europe, Fernando Navarro.
Lamenta que muy a menudo cuando a los asesores se les acaba su trabajo en Bruselas reciben “poca retroalimentación” para regresar a sus países de origen, lo que atribuye al desconocimiento sobre la labor de este tipo de perfil, y también porque, en los países de la Unión, tanto empresas como instituciones “muchas veces se conforman con lo que les cae más o menos cercano” y rehúyen de una “búsqueda internacional” para reforzar sus plantillas.
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Prensa LOV/CCGuerra