Decenas de miles de personas protestan contra Sánchez, y Feijóo les pide «no tener miedo». La concentración se extiende hacia todas las direcciones desde Cibeles como centro de la protesta.
Según los organizadores, la convocatoria ha congregado a alrededor de un millón de personas. La Delegación del Gobierno, por su parte, lo cifra en 170.000 asistentes, más del doble que las 80.000 que aseguró que se habían reunido el domingo pasado, también en Madrid, en la manifestación convocada por el PP.
Hay menos apiñamiento que en otras ocasiones, pero el goteo continuo surte efecto: decenas de miles de personan van abarrotando la plaza de Cibeles de Madrid y sus aledaños. El azul de la insignia comunitaria contrasta con las algaradas de Ferraz, donde vuelan los anatemas contra la UE.
Grito unívoco contra la amnistía
Son las 12.00 en punto en todos los relojes del autodenominado «constitucionalismo«, que estalla en un grito unívoco contra la amnistía: «¡No en mi nombre!». Más de un centenar de asociaciones y foros de la sociedad civil han dicho basta y han organizado la gran manifestación contra los pactos de Pedro Sánchez y los independentistas de Junts y ERC.
Sin siglas de partidos, pero con la presencia de la plana mayor del PP y de Vox, la protesta de este sábado en Madrid se ha diseñado como el eje central de la respuesta contra los acuerdos para borrar los delitos del procés. En torno a la Plaza de Cibeles se condensaba este sábado un enorme torrente de energía cívica contra los peajes de la investidura.
Conjurado ya el peligro de haberse desfondado en las anteriores protestas, los manifestantes han prorrumpido en una gran ovación a Alejo Vidal-Quadras para desprecintar el acto. El ex presidente del PP catalán y fundador de Vox se recupera del disparo en la cara que sufrió hace una semana. Desde el escenario principal ha retumbado por la megafonía el tuit con el que ha dado prueba de su recuperación: «El sanchismo convierte al adversario electoral en enemigo a expulsar del sistema mediante la destrucción de los consensos constitucionales básicos».
Gritos en la manifestación
Pero los gritos más entusiastas del inicio de la manifestación no han sido esos, sino «¡Pedro Sánchez, hijo de puta!», o su sinónimo eufemístico «¡me gusta la fruta!». Esto último se lo han repetido con insistencia a su autora, Isabel Díaz Ayuso, a su llegada a Cibeles. Después ha hecho fortuna el consabido «¡Puigdemont a prisión!», escalado luego a «¡Pedro Sánchez, a prisión!».
«No vamos a tener ningún tipo de miedo», ha arengado Feijóo a los suyos en sus declaraciones a los medios. «Una cosa es tener el poder y otra tener la razón. Una cosa es haber conseguido los apoyos suficientes, pero saben que no tienen los votos para hacer lo que están haciendo», ha subrayado.
«Sé que ahora mismo, en esta plaza, también hay muchos socialistas» cómo él, ha dicho Félix Ovejero, columnista de ELMUNDO, que se avergüenzan de un PSOE que está «clínicamente muerto». Y Andrés Trapiello -también firma destacada de este diario- ha subrayado que «la compraventa» del Estado ha destapado una operación divisoria del PSOE: «Sánchez quiere volvernos locos» con «una amnistía que es un adefesio». «Su ambición personal no tiene límites ni escrúpulos», ha añadido.
Albert Boadella ha alertado de que España «va camino de acabar en una dictadura». «¡Me jode!», ha rematado el dramaturgo.
El manifiesto del centenar de asociaciones convocantes subraya que con «la aprobación de la inconstitucional amnistía y el futuro referéndum para la independencia se entra en una nueva fase de un proceso que pone en riesgo cierto la existencia misma de España como espacio de garantía de nuestros derechos y libertades y como entidad histórica multisecular». «No podemos permanecer impasibles ante ello», añade. «Nos jugamos el ser o el no ser», apostilla.
«LA RESISTENCIA DEBE CONTINUAR»
Fernando Savater ha cerrado los discursos. «Si alguien quiere irse, que se vaya, pero que no se lleve nada», ha resumido el filósofo y articulista. «Hay que escoltar a Puigdemont, me parece bien: hay que escoltarlo, llevarlo a Alcalá-Meco y dejarlo allí», ha añadido, antes de proclamar: «Éste es el primer paso de una resistencia que tiene que continuar».
A preguntas de la prensa, Santiago Abascal ha revelado que le ha pedido una reunión a Feijóo para articular una respuesta conjunta y analizar las posibilidades que tiene el Senado de parar la ley de amnistía.
Y ha añadido que «no podemos dar la batalla por perdida, hay que seguir resistiendo con una movilización social sostenida, dar una respuesta institucional coordinada en las regiones donde no hay una mayoría golpista, en el Senado y comunicar a todos nuestros aliados internacionales qué es lo que está ocurriendo en España con el ataque a la independencia de poderes, a la igualdad de los españoles y a la Constitución».
Por su parte, Isabel Díaz Ayuso ha llamado a «parar entre todos lo que está sucediendo en España». «Nos están llevando a una situación límite y sin sentido nunca vista en democracia y el daño es irreversible».
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Prensa LOV/ CCGuerra