Afecciones que estaban controladas como el sarampión, la tos ferina o las hepatitis volvieron a circular con fuerza en distintos países de América, según la Organización Panamericana de la Salud. Expertos detallaron a Infobae las razones de este nuevo panorama sanitario.
La región de las Américas enfrenta un escenario de riesgo sanitario que no se veía desde hace tres décadas.
El aumento de casos de enfermedades prevenibles por vacunación, como el sarampión, la hepatitis y la fiebre amarilla, puso en alerta a los organismos de salud pública y evidenció la necesidad de recuperar y fortalecer los programas de inmunización. Un dato alarmante indica que se multiplicaron los porcentajes de niños y niñas con cero dosis de vacunas o subvacunados. La tasa pasó del 11 % en 2016 a un 25 % en 2021.
Esto significa que en la actualidad hay un total de 2,4 millones de niños con subdosis o no vacunados en América latina y El Caribe, según datos de Unicef.
En este contexto, la Semana de Vacunación en las Américas 2025 marca un momento clave, no solo para reforzar coberturas sino también para renovar el compromiso político y social con una herramienta que ha demostrado ser una de las más eficaces en la historia de la salud pública ya que salvan alrededor de cuatro millones de vidas cada año en el mundo.
“Durante las últimas cinco décadas, las vacunas han salvado 154 millones de vidas en el mundo y reducido la mortalidad infantil en un 41% en las Américas”, afirmó Jarbas Barbosa, director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Su declaración se dio en el marco de una conferencia que antecedió la campaña regional que se celebra entre el 26 de abril y el 3 de mayo.

La realidad latinoamericana en los esquemas vacunatorios vigentes
Haciendo foco en la situación que atraviesan los países de Latinoamérica respecto a la una menor vacunación y al crecimiento de varias enfermedades prevenibles con inyecciones en la región, Infobae participó esta semana de un seminario para periodistas sobre los desafíos de alcanzar las tasas recomendadas de vacunación para seguir teniendo bajo control determinadas enfermedades infecciosas.
La doctora María Luisa Ávila, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología, Pediatra Sleeping Pediátrica (Slipe) admitió que “estamos teniendo coberturas muy bajas de vacunación” al precisar.
“Estamos ante una emergencia de enfermedades que teníamos prácticamente controladas y es de ahí donde la problemática actual está relacionada con los brotes de varias enfermedades que son prevenibles por vacunación. Nos preocupa mucho el sarampión con brotes en Estados Unidos y México. Y también la tos ferina, que está teniendo muchísimos casos, pero a veces nos olvidamos que es casi tan contagiosa como lo es el sarampión. Además, los brotes de fiebre amarilla han aumentado y es requisito para entrar a los países donde es una epidemia”, explicó Ávila.
Ávila compartió distintos cuadros del crecimiento de la tos ferina en distintos países de Latinoamérica: “En México, para la semana 15 del presente año se registraron 2772 casos en investigación comparado con 477 del año pasado. En Guatemala, después de años de no tener ningún caso, en 2024 hubo 65 casos sospechosos y 9 confirmados.
En lo que llevamos del corriente, ya tenemos 6 confirmados. Costa Rica presenta 113 casos de tosferina con una tasa de 2,1 por 100.000 habitantes. Honduras ha registrado 13 casos de tosferina en San Pedro Sula y esto nos va dando un panorama de que la bacteria está circulando. En Colombia vemos que la tasa de contagio en 2020 era 0,14 %, con 73 casos y este año ya subió al 0,33% con 175 casos confirmados”.
La experta en vacunas hizo una detallada mención de Argentina, y describió que en 2020 hubo 882 casos sospechosos, 89 confirmados, 40 hospitalizados y ningún fallecido. Pero en 2024, las cifras se dispararon: hubo 5924 casos sospechosos, 506 confirmados, 396 hospitalizados y 2 fallecidos.
Ávila también destacó un estudio realizado junto a la experta infectóloga argentina Ángela Gentile, Jefa del Departamento de Epidemiologia en el Hospital de Niños R. Gutiérrez donde se analizaron las tasas de vacunación materna contra la tos ferina en distintos países de América Latina, y observó que países como Argentina y Uruguay mantienen tasas vacunatorias altas (90%), junto a El Salvador (85%). Pero en Colombia baja al 75% y en Brasil solo alcanza al 50% de las mujeres embarazadas.
El doctor Rodrigo Restrepo, Director Ejecutivo de la organización Medical Impact en Colombia, indicó que hay tres aspectos que son transversales a las estrategias para mejorar las tasas vacunatorias y tienen que ver con, la movilización a las comunidades, la construcción de confianza y la colaboración con instituciones públicas y privadas.
“Son tres premisas que transversales y tienen que ver con la educación y la concientización comunitaria, con campañas informativas que sean claras y eficaces. Y con buscar asociaciones clave con organizaciones no gubernamentales, asociaciones de pacientes, la academia, las universidades y los colectivos comunitarios, además de colaborar también con los medios de comunicación”, precisó.
En tanto, Jacqueline Domínguez, coordinadora de Operaciones de Medical Impact alertó sobre las barreras que impiden una vacunación masiva en la región, como son las barreras del lenguaje y las condiciones climatológicas. Si tenemos mucho calor extremo o lluvias, no nos permiten a nosotros ir a vacunar.

La doctora Florencia Esquivel, médica pediátrica y Directora Médica de Vacunas para Latinoamérica de Sanofi destacó la importancia de tener una Semana de la Inmunización ya que permite enfocarnos en tres objetivos principales:
- “Primero, visibilizar el rol de las vacunas en prevenir enfermedades infecciosas, hospitalizaciones y muertes cada año. El segundo gran objetivo es proteger a niños y niñas adultas de enfermedades prevenibles. Es clave para sociedades más sanas y productivas. Y tercero, un llamado a recuperar y a mantener al día los esquemas completos de inmunización a lo largo de toda la vida”.
“Dentro de la de la Iniciativa para la Eliminación y Prevención y Erradicación de Enfermedades Inmunoprevenibles en los objetivos de inmunización del 2030 que sostiene la Organización Panamericana de la Salud, y destaca que son cuatro. Uno es acelerar la eliminación de más de 30 enfermedades transmisibles y afecciones relacionadas. Dos, es este listado de las 10 enfermedades más importantes a combatir con vacunas, como lo son el sarampión, rubéola, Poliomielitis, tétanos, meningitis bacteriana, difteria, tosferina o pertussis, fiebre amarilla, hepatitis B y cáncer de cuello de útero. Tres, es la inmunización clave para un futuro sin estas enfermedades, ya que hoy contamos con vacunas prevenibles para todas estas y cuatro es la reducción de la morbilidad y mortalidad a través de las estrategias de inmunización”, destacó Esquivel.
“En Latinoamérica y el Caribe, 14 países disminuyen la tasa de cobertura vacunatoria en los últimos años. ¿Y qué quiere decir esto? Que hay más chicos y población que hoy no está recibiendo vacunas que están disponibles. Por eso se dice que entre el 2019 y el 2021 unos 6 millones de niños y niñas no se beneficiaron con las vacunaciones sistémicas o parciales, tanto en América Latina como en el Caribe. En los últimos cinco años, el porcentaje de niños y niñas con cero dosis, es decir, que no han recibido ni una sola vacuna, se ha duplicado. Esto son 2.4 millones de niños y niñas no vacunados. Debemos trabajar y abogar para que todos estos niños que no tienen vacunas o que tienen sus esquemas incompletos lleguen a la vacunación”, alertó la especialista.
Sin vacunas, crecen las enfermedades prevenibles
El impacto de la caída en las coberturas se refleja con nitidez en los datos. Solo en lo que va de 2025, se notificaron 2313 casos de sarampión en 6 países de la región, una cifra diez veces superior al mismo período del año anterior. Además, tres muertes fueron confirmadas y otra continúa bajo investigación. El sarampión es una de las enfermedades más contagiosas que existen, y la OPS advierte que los países han tenido dificultades para sostener la cobertura del 95% recomendada para la vacuna triple viral o SRP.
Por primera vez desde 2019, la cobertura de la primera dosis de SRP mejoró en 2023 y llegó al 87%. Sin embargo, 1,4 millones de niños no recibieron ninguna dosis ese año. Las zonas donde la proporción de población susceptible oscila entre el 3% y el 7% ya registran brotes, lo que muestra cómo incluso pequeños bolsones de baja inmunización pueden generar escenarios de riesgo.
La OPS estima que durante esta edición de la Semana de Vacunación se aplicarán más de 66 millones de dosis en el continente, incluidas 2,7 millones contra el sarampión. Desde el inicio de la iniciativa en 2003, más de 1200 millones de personas fueron alcanzadas por la campaña. Este año, bajo el lema “Tu decisión marca la diferencia, inmunización para todos”, el esfuerzo se concentra en los sectores con menor acceso y mayores riesgos de exclusión.
El sarampión no es el único motivo de preocupación. También se reportó un aumento significativo de la fiebre amarilla, con 189 casos y 74 fallecimientos en lo que va de 2025. Para comparar, en todo 2024 hubo 61 casos y 30 muertes. La OPS trabaja con los gobiernos para ampliar el acceso a vacunas y reforzar los sistemas de vigilancia.
Para ello se están utilizando herramientas digitales como los registros electrónicos de inmunización y los sistemas de información geográfica. Estas tecnologías permiten detectar a tiempo las zonas con cobertura insuficiente y responder con microplanificación.
Las Américas tienen un historial destacado en vacunación. Fueron la primera región en eliminar enfermedades como la viruela, la poliomielitis, la rubéola, el sarampión y el tétanos neonatal. En 2024 se recuperó el estatus de libre de sarampión endémico. Sin embargo, los nuevos brotes son un recordatorio del riesgo constante de retroceso.
La Iniciativa de Eliminación de Enfermedades, lanzada por la OPS, busca erradicar más de 30 patologías transmisibles para 2030. Entre ellas, 11 pueden prevenirse con vacunas.

Vacunarse es vivir con plenitud en todas las etapas
Aunque muchas personas siguen asociando las vacunas con la infancia, la evidencia clínica demuestra que mantener esquemas completos también en la adultez es clave para evitar enfermedades graves y preservar la autonomía funcional.
En el marco de la Semana de Vacunación en las Américas, especialistas remarcan que inmunizarse en todas las etapas de la vida no solo previene infecciones sino que permite conservar una buena calidad de vida. “Hace años que estamos intentando revertir la idea de que la vacunación es solo para niños”, afirma Miriam Rozenek, infectóloga y geriatra del Hospital Italiano.
“La vacunación es prevención en los niños, en los adultos y en los adultos mayores. En cada etapa hay vacunas específicas que ayudan a evitar complicaciones graves, hospitalizaciones y hasta la muerte”, advierte.
Uno de los aspectos más destacados de este enfoque es su impacto estructural en los sistemas de salud. Al evitar internaciones y consultas innecesarias, la vacunación reduce la presión sobre los recursos sanitarios. También preserva la funcionalidad de las personas mayores.
“La vacunación impacta directamente en la independencia funcional, en la capacidad de seguir viviendo activamente. No es solo evitar una enfermedad, es poder seguir teniendo una vida plena”, resume Hebe Vázquez, infectóloga y coordinadora del grupo de trabajo de vacunas de FUNCEI.
En los meses fríos, la atención se concentra en los virus respiratorios. Gripe, neumococo y virus sincicial respiratorio (VSR) encabezan la lista de amenazas para adultos mayores y personas con enfermedades crónicas. Rozenek advierte que “el objetivo principal de las vacunas no es solo prevenir un resfriado o una gripe leve, sino evitar que una infección dispare otras complicaciones en personas con enfermedades de base”.
En ese mismo sentido, Alejandro Ellis, infectólogo pediátrico, sostiene que “todas las enfermedades prevenibles por vacunas son importantes, ya que sufrir una complicación grave es dramático tanto para la persona como para su familia”.
El VSR es una causa conocida de bronquiolitis en niños pequeños, pero también puede causar neumonía en adultos mayores.
- “En los adultos mayores, el VSR puede causar síntomas muy parecidos a los de otras infecciones respiratorias, como la gripe o el COVID-19. Justamente por eso, muchas veces no se diagnostica correctamente y se subestima su impacto».
Esto es un problema, porque el VSR no solo puede provocar una infección respiratoria grave, sino que también puede empeorar enfermedades crónicas preexistentes. En estos casos, aumenta el riesgo de hospitalización y de complicaciones que pueden afectar seriamente la salud”, explica Vázquez.
La doctora Virginia Verdaguer, Infectóloga del Departamento Médico de MSD Argentina remarcó que “en los últimos meses, los brotes de sarampión y hepatitis A han vuelto a encender las alertas sanitarias en distintas partes del mundo. Estas enfermedades, que hasta hace muy poco tiempo parecían estar bajo control, gracias a los programas de inmunización, hoy resurgen como una consecuencia directa de la caída en las coberturas de vacunación. Esta realidad nos obliga a reflexionar sobre las prioridades en materia de prevención en salud y la importancia de reivindicar a las vacunas como recurso esencial para proteger a las comunidades de enfermedades totalmente prevenibles”.
Y agregó: “Las vacunas han sido, sin lugar a duda, una de las herramientas más efectivas en la historia de la salud pública. Han permitido la reducción drástica de la poliomielitis y el control de enfermedades como el sarampión, la difteria y la hepatitis A, entre otras. Sin embargo, en los últimos años se ha observado una disminución en las tasas de vacunación, atribuida a diversos factores: desde dificultades en el acceso hasta el impacto de la desinformación en sociedades que han olvidado los estragos que pueden causar estas enfermedades”.

Más allá del impacto médico, los especialistas coinciden en que uno de los principales desafíos es revertir los mitos que persisten en la sociedad. Muchas personas creen que ya no necesitan vacunarse o que las vacunas pueden generar efectos adversos significativos.
“Las vacunas tienen décadas de trayectoria y han demostrado su eficacia en la prevención de enfermedades. Las más nuevas también son seguras: antes de aprobarse, pasan por ensayos clínicos muy rigurosos”, indica Vázquez. Para Ellis, la clave está en la comunicación: “La educación, en forma empática y asertiva, ha demostrado que modifica significativamente la conducta de vacunar, tanto en niños como en adultos”.
Rozenek aporta otra dimensión al debate: “Muchas veces la vacunación no es una prioridad para los adultos, que consultan por problemas más urgentes, mientras dejan relegada a la prevención. Por eso es importante que los profesionales de salud tomen la iniciativa y hablen activamente de vacunación en cada consulta”.
“La vacunación es una herramienta concreta para vivir mejor”, resume Rozenek. Y Vázquez agrega: “Un estudio liderado por la OMS en 2024 reveló que en los últimos 50 años las vacunas salvaron 154 millones de vidas en el mundo, lo que equivale a seis vidas por minuto cada año. Por eso, no hay que perder de vista que son seguras y efectivas y constituyen un derecho, una obligación y un acto solidario”.
_____________________________________
Síguenos en Instagram
Síguenos en TikTok
No te vayas sin leer: Alerta sarampión en América: los casos crecieron más de 10 veces en el último año
➡️ Únete a nuestra comunidad DE WHATSAPP de ↪️ laotraversion.com
Mantente informado en nuestros canales de ➡️ WhatsApp
Prensa LOV/Carmen Cecilia Guerra