La emigración a otro país se ha convertido en la esperanza de muchos venezolanos, que buscan estabilidad económica, un futuro mejor o una superior calidad de vida. La peor ruta escogida, ha sido sin duda, el Paso del Darién.
El infierno de Cruzar el Darién
Sin embargo, no todas las historias de los migrantes son iguales: hay quienes salen del país a pie y hacen largas colas para llegar a su destino.
Una ruta que los venezolanos utilizan cada vez más, es el Paso del Darién, una selva en la frontera entre Colombia y Panamá, que los migrantes suelen utilizar para llegar a Estados Unidos.
Pero es casi imposible hacerlo por el «Tapón del Darién», que ha cobrado notoriedad estos días, por la enorme cantidad de migrantes que intentan cruzar esta densa selva en la frontera entre Colombia y Panamá, un peligroso e inevitable embudo entre América del Sur y América Central, una travesía obligatoria para llegar algún día a Estados Unidos.
La selva, los narcotraficantes, las guerrillas y los abusos conviven con los cientos de miles de personas desesperadas que cruzan la frontera.
Cifras ONG Refugees International
Las cifras hablan por sí solas: Un total de 13.425 personas han cruzado el Darién en los tres primeros meses de 2022, lo que supone más del doble de quienes lo hicieron en el mismo periodo de 2021 (5.622), según los números señalados por la ONG Refugees International.
Migrantes de todo el mundo con destino a Norteamérica, han cruzaron la selva del Darién, expuestos a todo tipo de peligros, incluidos los narcotraficantes, el crimen organizado y la violencia sexual, una cifra igual a la de toda la década anterior.
Médicos Sin Fronteras (MSF)
Según Médicos Sin Fronteras (MSF), la atención médica a los migrantes irregulares, que cruzan la inhóspita selva del Darién, se ha deteriorado en Panamá, a pesar del compromiso del gobierno panameño de proporcionar asistencia médica.
«Las condiciones para los migrantes en la provincia panameña de Darién están empeorando», dijo MSF en un comunicado. «Somos testigos de la enorme falta de protección, atención médica y servicios básicos, entre otros, a la que se enfrenta la población nómada que llega a Panamá», añadió la organización.
Combinación de contrastes
La región del Darién es una combinación de contrastes, desde las vastas ciénagas del Atrato en el lado colombiano, hasta las imponentes cumbres en el lado panameño.
En cualquier caso, llegar hasta allí en vehículo todoterreno es una plegaria a Dios. Además, la región está dominada por bosques tropicales protegidos, hogar de varias culturas indígenas, pero esto no ha ayudado a frenar el flujo de drogas y la propagación de otros delitos y enfermedades.
Al igual que la desesperación impulsa hoy a estos emigrantes a intentar cruzar la selva del Darién, otras almas valientes se han embarcado en expediciones a lo largo del último siglo.
Un poco de historia
En la década de 1960, una expedición cruzó el Darién en un jeep y un landrover (tardó cinco meses a una velocidad media de 200 metros por hora), y en 1988 el libro de George Meagan The Longest Walk (La caminata más larga) describe su viaje de siete años desde Tierra del Fuego hasta Alaska, incluyendo una caminata por el Darién.
Gracias a la investigación, que siguió a la expedición de 1959, se logró ayudar a establecer el Parque Nacional Darién, como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Siempre se dijo que solo cuatro o cinco veces, el tapón de Darién fue cruzado con éxito.
De todas esas veces sólo hay un registro comprobable de una expedición que lo haya atravesado: entre 1971 y 1972, el coronel John Blashford-Snell, inglés y para muchos «El último gran Explorador«, dirigió a un equipo de 60 personas en Range Rovers, en lo que fue el primer viaje completo por carretera desde Alaska hasta el Cabo de Hornos, y sí, a través de Darién también. De hecho, la sección de la ruta la describió como “el desafío más difícil de su carrera”.
La ONU
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) indicaron, que son cada vez más, las personas que recorren peligrosos caminos por las junglas del Tapón del Darién, en busca de seguridad y estabilidad; entre ellas se encuentra un número creciente de venezolanos.
En este sentido, el impacto socioeconómico de la pandemia de la COVID-19 en la vida de refugiados y migrantes de Venezuela, en distintos países de acogida en América Latina y el Caribe, va en aumento el número de venezolanos que se dirige hacia el norte junto a grupos de personas en situación de movilidad humana.
Venezolanos
De acuerdo con las estadísticas de las autoridades panameñas, el número de personas de Venezuela, que cruzó el Tapón del Darién, en los primeros dos meses de 2022 (alrededor de 2.500) casi sumó el total de 2021 (2.819 personas).
La cifra total de personas que han cruzado la jungla este año, casi se ha triplicado en comparación con el mismo periodo el año pasado: de 2.928 en los primeros dos meses de 2021 a 8.456 en el mismo lapso en 2022. La cifra de este año incluye 1.367 niñas, niños y adolescentes.
5.000 kilómetros cuadrados de junglas, ríos y montañas escarpadas: «La Ruta Más peligrosa del Mundo»
El Tapón del Darién, que marca la frontera entre Colombia y Panamá, comprende 5.000 kilómetros cuadrados de junglas, ríos y montañas escarpadas, topografía que la convierte en una de las rutas más peligrosas del mundo, para personas refugiadas y migrantes.
Cruzar esta región, puede tomar hasta diez días para las personas en mayor situación de vulnerabilidad, quienes se encuentran expuestas a amenazas naturales y también a grupos criminales que perpetran violencia, que incluye abusos sexuales o robos.
Muchas de las personas que cruzan el Tapón del Darién – por lo general, adultos jóvenes y familias – llegan a comunidades indígenas de difícil acceso con hambre y deshidratación, exhaustas y requiriendo atención médica.
ACNUR
ACNUR y OIM reconocen los esfuerzos positivos del Gobierno de Panamá, para brindar asistencia y reiteran su compromiso para apoyar a las autoridades con el fin de garantizar el acceso a ayuda y protección para todas las personas con necesidades, incluidas las comunidades de acogida.
Si bien muchas personas venezolanas, que atraviesan esta peligrosa ruta solían vivir en otros países de acogida en América del Sur, un número cada vez mayor proviene directamente de Venezuela.
Personas refugiadas y migrantes de diversas nacionalidades, han cruzado el Tapón del Darién durante años.
En 2021, se registró una cifra nunca antes vista de personas que pusieron sus vidas en riesgo atravesando la densa jungla entre Centroamérica y América del Sur.
Alrededor de 133.000 personas, hicieron la travesía el año pasado; la mayoría provenía de Haití (con inclusión de su descendencia nacida en Chile y Brasil), país de origen seguido de Cuba, Venezuela y otros tan alejados como Angola, Bangladesh, Ghana, Uzbekistán y Senegal. Tan solo en 2021, se reportó la muerte o la desaparición de 51 personas.
ACNUR y OIM hacen un llamado para aumentar el apoyo y la inversión en comunidades de acogida
En respuesta al creciente número de personas que cruzan el Tapón del Darién, ACNUR, OIM y sus socios están ampliando su respuesta en Panamá, donde apoyan con albergues temporales en centros de recepción que opera el gobierno.
Asimismo, entre otras cosas, proporcionan colchones, mantas, lámparas solares y kits de higiene a comunidades locales y personas en situación de movilidad humana.
Ambas agencias, continúan colaborando estrechamente con las instituciones gubernamentales para garantizar el acceso a los sistemas de asilo en toda la región.
ACNUR y OIM, hacen un llamado para aumentar el apoyo y la inversión en comunidades de acogida, con el fin de fortalecer los servicios que benefician tanto a las personas refugiadas y migrantes, como a la población local.
“Instamos a los países de acogida a mantener el acceso a procedimientos de asilo; ampliar las opciones de estadía regular para personas refugiadas y migrantes en situación de vulnerabilidad; brindar protección y asistencia a partir de las necesidades existentes, lo que incluye niñez separada o no acompañada, víctimas de violencia sexual o de género, víctimas de trata de personas; tomar medidas enérgicas contra traficantes y tratantes de personas; y combatir la xenofobia y la discriminación”.
Más de seis millones de personas refugiadas y migrantes de Venezuela
Hay más de seis millones de personas refugiadas y migrantes de Venezuela, en distintas partes del mundo.
La mayoría de ellas – casi cinco millones – reside en América Latina y el Caribe.
En 2022, la Plataforma de Coordinación Interagencial para la Situación de Venezuela (R4V) lanzó un plan de $1.790 millones de dólares (USD) para satisfacer las crecientes necesidades de personas refugiadas y migrantes de Venezuela y de las comunidades que les han dado acogida en 17 países en la región.
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PRENSA LOV/CCGuerra
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