Cortes de electricidad en medio de olas de calor, flagrante violación a derechos humanos fundamentales

Ante el inclemente y feroz calor que vive la ciudad, se requiere extremar medidas para  cuidar la salud de quienes la habitamos, especialmente de la niñez, mujeres en gestación, personas con capacidades diversas y la adultez mayor, en el entendido que se ubican en la categorización de personas especialmente vulnerables. Aunque ante las altas temperaturas y la imposibilidad de hacer uso de los avances tecnológicos, todas y todos somos víctimas.

Esta situación climatológica provoca infartos, que es ademas una de las principales causas de mortalidad en nuestra región, en virtud de ello, debemos acatar las recomendaciones de expertos y expertas que nos sugieren consumir abundantes cantidades de agua, para evitar la deshidratación, así como también vestir con ropa holgada y de colores claros, para que los rayos del sol reboten en el caso de una exposición prolongada o sentir en menor cuantia su inclemencia.

Restringir o suspender el suministro eléctrico es una alerta roja,  por la magnitud de estas olas de calor,  sencillamente una acción inhumana.

Tras los prolongados cortes de electricidad en medio de altas temperaturas que agobian y lesionan a la ciudadanía en su derecho a la salud, urge una intervención por parte de los organos competentes, en virtud que  la referida situación lesiona derechos humanos de primera generación, como el derecho a la vida, a la salud, a los servicios públicos, como el derecho al servicio de electricidad y todos los que de allí se derivan.

La recurrente y abrupta suspensión del servicio de electricidad en la región, muestra  claramente un vacío de liderazgo. No observamos respuestas a las necesidades de la gente.

La población nos emplaza a avanzar para solucionar estos problemas que prevalecen en el Estado.

Creo que el principal desafío que tenemos es  demostrar que dentro del estado de derecho, se puede responder a las necesidades y las preocupaciones legítimas de la ciudadanía.

Resta por verse quiénes son las personas que están dispuestas a jugársela por una política pública que exija el cumplimiento de derechos por parte del Estado.

¿Cómo se puede avanzar en eso?

A mi juicio, hay dos iniciativas transversales que aportan mucho, una es organizarnos y exigir de manera urgente la aprobación de la ley sobre energías alternativas,  es ésta una deuda de la Asamblea Nacional y la otra es elevar nuestra voz de protesta ante la incapacidad de quienes deben responder a las preocupaciones que nos aquejan, escuchando el clamor del pueblo, que es similar a un S.O.S.

Nuestra lucha es contra los y las responsables del cambio climático y también contra quienes son responsables del  funcionamiento de la empresa de electricidad.

Existe una gran oportunidad para encontrar soluciones innovadoras que puedan contrarrestar la pérdida de confianza en las  instituciones. No hay tiempo ni ganas de esperar.

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Dra. Vileana Melean Valbuena.

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