El reciente proceso electoral reconfiguró el panorama político de la región para los próximos cuatro años, enviando un «Mensaje a García» a los sectores politicos sobre la realidad ciudadana.
Esta realidad, forjada con el voto, plantea nuevas expectativas y, a su vez, desafíos para quienes deben asumir las riendas en la conduccion del estado Zulia y del Consejo Legislativo en la entidad.
Es especialmente llamativo el tono conciliador del recién electo gobernador, Luis Caldera. Sus primeras palabras, «venimos a tender puentes y derribar muros», resuenan con una promesa de gobernabilidad inclusiva.
Esta declaración inicial sugiere una administración alejada de la persecución política, un anhelo largamente esperado en una sociedad a menudo polarizada. La inferencia es clara: se aspira a un gobierno que valore la meritocracia, donde la capacidad y el esfuerzo sean los verdaderos motores del progreso, y no la filiación política.
Si este espíritu de unidad y respeto prevalece, el Zulia podría estar ante una oportunidad única para sanar heridas y avanzar de manera cohesionada.
Sin embargo, en medio de este aire de renovación, emerge una preocupación que no podemos soslayar. A pesar de haber transitado un proceso electoral para definir el liderazgo regional, hemos sido testigos de un preocupante irrespeto a los lapsos establecidos constitucionalmente para los mandatos regionales. Esto, sencillamente, no debió ocurrir.
La democracia es un sistema que se sustenta en el respeto a las leyes y a las instituciones. Cuando se alteran los tiempos y procedimientos establecidos, se crea un precedente peligroso que, a la larga, socava la esencia misma de la democracia. La legitimidad del voto, aunque innegable, se ve empañada por la erosión de las normas que garantizan la estabilidad y la predictibilidad del sistema político.
Vaya esta reflexión para que se analice lo que realmente debe prevalecer, y que no es mas que el fortalecimiento de las instituciones y la garantía de pleno respeto a la Constitución. De lo contrario, el golpe de timón dado por el pueblo zuliano podría verse debilitado en un tiempo muy corto.
El verdadero desafío reside en que, más allá de las personalidades y los partidos, prevalezcan los principios que sostienen el edificio de nuestra república.
Finalmente, quiero agradecer a quienes, como yo, salieron a votar el pasado 25 de mayo, somos nosotros los que hacemos valer nuestros derechos y deberes, más allá de quejarnos por la realidad que nos envuelve. Tengan la seguridad que lo haré las veces que sea necesario porque solo así se construye y preserva la democracia.
_________________________________
Síguenos en Instagram
Síguenos en TikTok
No te vayas sin leer: El Zulia post 25M: Desafíos, legados y lecciones electorales
➡️ Únete a nuestra comunidad DE WHATSAPP de ↪️ laotraversion.com
Mantente informado en nuestros canales de ➡️ WhatsApp
Sandy Ulacio