¡Aparicio leyenda del béisbol mundial…!

«Cada vez que tienes la oportunidad de hacer una diferencia en este mundo y no lo haces, estás perdiendo el tiempo en la Tierra».

             Roberto Clemente (+) 

             (Ex grande Liga)

Decir béisbol en cualquier lugar de Venezuela, Latinoamérica o del mundo es una señal automática que llega a nuestro cerebro y la respuesta mental que sigue es la referencia del nombre del venezolano, Luis Aparicio Montiel, el mejor y más grande campo corto nacido en la tierra del General Rafael Urdaneta y del Relámpago del Catatumbo que ilumina los cielos nocturnos del estado Zulia.

Aparicio, gloria del deporte de nuestro país, nacido en la parroquia Santa Lucía de Maracaibo cumple este sábado 29 de abril, 89 años de edad, fecha que debe llenar de alegría y regocijo a toda Venezuela y a su tierra natal por tratarse de una de las mejores tarjetas de presentación que hemos tenido fuera de nuestras fronteras, convertido gracias a su esfuerzo, dedicación, disciplina y constancia en otro de los mejores protagonistas del buen béisbol de las Grandes Ligas, donde permaneció durante 18 temporadas y permitió ser inspiración de un ejército de excelentes profesionales a lo largo de la historia del principal pasatiempo deportivo de los venezolanos.

Otras figuras siguieron sus pasos, entre ellos, David Concepción, Omar Vizquel y Oswaldo Guillén, grandes emblemas de la posición de «shorts top». Suman decenas, también otros excelentes y destacados peloteros que tienen sus nombres escritos en las páginas de oro de las Grandes Ligas y hoy siguen haciendo historia, porque como Luis Aparicio, son valores que salen de una cantera de estrellas llamada Venezuela. Este país bendecido por Dios, gracias a hombres y mujeres de valía, representan a nuestra verdadera nación. Muy distinta, diferente, a la de demagogos, embusteros, populistas, ladrones y corruptos que han desangrado la tierra de Bolívar.

Durante su exitosa actuación en las Grandes Ligas, Aparicio militó en los equipos Chicago White Sox, Baltimore Orioles y Boston Red Sox, donde comenzó a descollar, destacarse y distinguirse entre peloteros de Puerto Rico, República Dominicana, Cuba y Estados Unidos, nación esta donde todavía es recordado y admirado por millones de fanáticos. Uno de ellos, lo fue el desaparecido presidente, John Fitzgerald Kennedy, a quien el criollo le autografió una pelota de béisbol.

Su sitio de batalla como campo corto era sinónimo que pelota que pasaba por arriba, de lado o de frente no llegaba al «left fielder» o al «center fielder». Era una barrera humana, una malla que no permitía que nada escapara desde su posición con  jugadas y atrapadas únicas, inigualables, llenas de una especial elegancia que arrancaban los aplausos del público y los mejores análisis de comentaristas y de la prensa deportiva norteamericana.

Su incomparable «performance», único entre latinos o norteamericanos, le valió a Luis Aparicio poseer unas condiciones físicas muy especiales que le permitieron ser seleccionado en trece ediciones del Juego de las Estrellas, —-cuando jugaban los mejores de ambas ligas-–, además de ganar el título de Campeón de la Serie Mundial del año 1966. Entre algunos años de 1.958 a 1.970 fue designado nueve veces ganador del Guante de Oro y en 1.956 obtuvo el premio de Novato del Año de la Liga Americana.

Asimismo, en nueve oportunidades seguidas, entre 1.956 a 1.964, logró ser líder en bases robadas de la Liga Americana, récord que aún posee. Definitivamente, Luis Aparicio nació para ser la gloria que ha sido.

Por poseer un currículum profesional en el terreno de juego de esas esas dimensiones, uno de los equipos donde prestó sus servicios, el Chicago White Sox, decidió retirar el Nro. 11 de la camiseta que él vistió en homenaje a quien tenía el camino labrado para ser nombrado miembro del Salón de la Fama del Béisbol a partir de 1.984, dónde ingresan los inmortales del béisbol mundial. Es el único venezolano en estar en el pedestal de los mejores entre los mejores.

Ha transcurrido algo de tiempo, pero cerrando con broche de oro su vida de pelotero para el momento de su retiro, Luis Aparicio era el campocorto líder de por vida en las Grandes Ligas del Béisbol en juegos jugados, asistencias y dobleplays. Esas condiciones de Aparicio en el campo de juego, bien podríamos decirlas, describirlas, como sabemos expresarlas con jocosidad en  Maracaibo, cuando exaltamos la actuación de una persona y decimos «que mooolleja se quedó fallo».

Quizá muy pocos recuerden o sepan que el 18 de noviembre de este año, Luis Aparicio Montiel estará conmemorando el 70 aniversario de su debut en el béisbol profesional, cuando su padre, Luis Aparicio Ortega, «El Grande», le entregó en sus manos el guante con el que empezaría a atrapar  las pelotas que iban hacia su posición de campo corto, durante el juego entre Pastora y Gavilanes que eran los equipos de moda en 1.953.

Su debut fue en una justa pautada el Día de La Chinita que había sido rodada un día después, luego que en la ciudad cayó un fuerte aguacero que bien conocemos los  marabinos cuando comienza, pero no cuando termina, obligando a suspender el encuentro del 17 de noviembre de 1953 en el estadio Alejandro Borges, Catedral del Béisbol de Venezuela, el cual estará cumpliendo el venidero 8 de diciembre 79 años de construido, siendo el primer estadio del país en contar con iluminación artificial. Quienes conocen de cerca a Luis Aparicio dicen que es un convencido Mariano, muy ferviente seguidor de La Chinita de quién es muy devoto y creyente. Su Bendición Divina lo ha acompañado toda la vida y ha guiado su camino de éxitos en el béisbol hasta el momento que guindó sus guantes.

Dios permita y, creo hablar por millones de admiradores, —dentro y fuera del país-–, que debe ser en vida que a éste ilustre, noble, sobresaliente y distinguido venezolano, Orgullo Zuliano, le sean otorgados los reconocimientos merecidos por esfuerzo propio como ejemplo de la juventud, deportista, ciudadano y padre de familia. Por ahora no existe  en la geografía de Venezuela y el Zulia una instalación deportiva, estadio de béisbol o infraestructura, pública o privada, que lleve su nombre.

Salvo en Maracaibo, donde la Avenida 25 fue designada por decreto en el año 2.017 «Corredor Luis Aparicio»  durante la gestión de la alcaldesa Eveling de Rosales, acto al que asistió el «Big Leaguer». Si a alguna autoridad le interesa el tema puede llegarse o enviar a un subalterno a la esquina de La Plaza de Las Madres, donde sólo queda la estructura metálica que sostenía el aviso o señalización vial donde fue homenajeado. Demás está decir que razón tienen quienes dicen que «nadie es profeta en su tierra».

¡En nombre de los venezolanos y zulianos le deseamos un Feliz Cumpleaños eterno campeón!.

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José Aranguibel Carrasco

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