Contando historias

¡Yo los vi! Viven en otro mundo, son vulnerables y no está permitido olvidarlos…

Está historia de seres que por alguna razón fueron llevados como objetivo en desuso, jamás nadie con capacidad de amar puede imaginar a una madre, padre olvidar a un hijo por solo ser distintos.

Yo estaba allí mis pupilas se dilataron y humedecieron  al llegar al encuentro con los niños de la casa de abrigo Dominguito, ocho luces que parpadean en este mundo agitado, ocho razones para reflexionar, justo en avenida Sabaneta está esa casa grande que cualquiera piensa que allí hay un día normal, pues no allí es otro mundo, un chico con unos hermosos ojos camina y toca intenta besar sin saber que toca y que besa, no para en ir y venir, otro solo mira babea y medio logra limpiarse pareciera normal pero no; este mundo es muy grande para esas cabecitas .

Una sala con algunos objetos para ejercicio no común, 3 sillas de ruedas y unos jóvenes de veintiuno años se le ve de diez  el de treinta refleja unos dieciséis años hay  tres que no pueden moverse caminar,  en mi mundo estos movimientos no son comunes para adelante para atrás, ojos perdidos en algún lugar del universo, seres en movimiento constante son ellos los hijos de nadie, los que no quisieron mostrar al mundo, los que no tendrán 15 años ni santa ni niño Dios.

Abrigar cuidar y reanimar es la tarea de esos maestros y de esas personas que seguro están muy claras que la vida no vale nada sino es para merecer lo que uno piensa y ama, mientras intento ubicar mi pensamiento, un hombre joven  intenta disuadir a un chico de no tocar una cosa, pero sin lograr una reacción es el profesor, llegó de cuba. Hace unos meses y forma parte de las brigadas de hombre de blanco que salen de su país a dar mucho por otros que tal vez en algún momento no volverá a ver.

Ella mujer hermosa con un color del Caribe, me dijo nació  en  Santiago de cuba  su nombre Yurani Sola Chacón  con voz dulce me afirma – soy médico especialista en  Fonoaudiología y estoy aquí para intentar que estos seres puedan hacer por lo menos ruidos y gestos o a lo mejor logran hablar, me dice amo mi profesión ,amo los niños.

Esta madre me cuenta mi  hijo nación con una condición especial y decidí estudiar está carrera para poder entender y aprender cómo cuidarlo y lo logré no me arrepiento mi hijo a esta fecha también es médico,  soy del equipo de Barrio Adentro, me dijo amo mi trabajo cada guardia es distinta cada niño es distinto solo tienen una cosa común son seres humanos que hay que darles lo mejor.

Mujeres como Celia, Gladis, personas que reivindican a todas las madres  mujeres son  fueras de serie, no quince intercambio de palabras con una enfermera pues me advirtieron que ella los ha lidiado mucho los entiende y ha logrado cosas maravillosas, en esos niños de edad adulta, vi mis hijos en ese momento, sentí sus manos suaves como el algodón y sus miradas y risas están como esperando algo que  se les arrebato al nacer.

Dónde estará esa madre será que habrá podido dormir y andar en paz, podrá ser necesario que las comunidades volteen la mirar y den  apoyo a esta labor titánica pues las guardias de estos maestros debe ser fuertes,  no puedes ponerte a chatear o a conversar o tal vez querer ir a un lugar, imposible descuidarse ellos tienen toda la atención de esos papás y mamás que el estado busca proporcionar a estos ángeles.

Pregunta Cristo al servicio de quién dónde están los curas, pastores, predicadores será que Jesús viene a sanar, en algún momento seguiremos gritando lo que ellos no pueden, dar gracias a todo el que les hace bien y seguiremos confiando en el milagro que estos trabajadores de IDENA hacen cada día.

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Magali Briceño CNP  N°26837

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