Contando Historias/ Las Quimios no le quitan la sonrisa,  su nombre es Luzmila Villalobos

Hilos de plata adornan la cabeza de esta hermosa mujer, que de entrada nos dice que no tiene miedo, pues esto es para los débiles.

Me dispuse a visitar a doña Luz,  a quien  muchos la vemos salir temprano, siempre sonriente dice – voy para la quimio te vine a traer estos manguitos, bien arregladita y perfumada sale a la espera de su hijo. Por la tarde la vemos caminar al abasto a comprar pancito dulce o alguna cosa, no es que le haga mucha falta más bien estamos convencidos que lo hace para medir su capacidad y su estado físico, luego de ese proceso de la aplicación de químicos.

Pues es, que tener a la  señora luz como vecina y como amiga es algo bonito por su forma de ser, su carácter y su andar con buen ánimo nos motivó a todos.

Cómo se siente, cómo salió? Su respuesta es, ¡salí bien fortalecida, muy bien! su sonrisa irradia paz.

Luzmila Edelmira Villalobos Rodríguez y tengo 83 años, nací el 14  de mayo  de 1940, dice con firmeza, le pregunto ¿cuántos hermanos son? Somos siete hermanos pero vivos solo quedo yo, expresa con una sonrisa y movimiento en sus manos, con sus uñas impecables, sigue relatando.

Me dice que el cáncer es curable, usted hace sus cosas normales – sí, yo hago todas mis cosas-  usted me dijo una palabras hace unos días – yo hablo con Dios.   – yo le doy gracias a Dios, por todo, por mi familia, mis vecinos quiero dejar una huella en mi comunidad y la familia.

Esta hermosa mujer sale a caminar sonriendo por todo el urbanismo hace sus compras y nunca le falta el pan dulce y el plátano, me siento bien, vine rapidito a comprar pero ya me voy, hoy disfrutamos mucho, las compañeras y yo siempre llevamos algo que comer y la pasamos muy bien.

«Yo he trabajado duro, uno de mis empleos fue en la universidad del Zulia, en la facultada de medicina, trabajé con muchos químicos y también viajé por el mundo, mi juventud fue bonita, luego me casé y nacieron los hijos, cuenta doña luz orgullosa de su hijo, que es su apoyo junto a sus nietos y familia  me lleva, me acompaña y me trae después del tratamiento».

«Mi otra hija está en chile, tengo dos nietas bellas, este año vinieron y disfrutaron el viaje y compartimos mucho. Soy una mujer de fe y pongo a Dios por delante en todo momento. Mis amigas y familia siempre me festejan el cumpleaños y esos momentos son únicos».

¿Como se dio cuenta que tenía cáncer de mama doña Luz?, eso hace tiempo que me salió, me pusieron tratamiento luego superé todo, pero bueno en el año de la pandemia volvió aparecer, pero estoy en tratamiento, en la farmacia de Alto Costo me dan los medicamentos siempre y mi hijo compra algunas cosas que faltan y los doctores son muy buenos conmigo y cariñosos no me puedo quejar de nada me habla con voz firme y desde su corazón.

Me dice… esta es mi casa y al mirar todo está limpio y en su lugar, flores y una cocina con olores a comida rica, en ese momento tenía la visita de una amiga y un sobrino, ella con su cariño entró al cuarto y vino con un detalle que me indicó tenía para mí.

Escribe poemas y siempre está en oración asegura esta noble mujer que está preparada para todo y no tiene miedo, pues ha vivido plenamente la vida que es tan bella.

Espero pronto poder ir a chile a visitar a la hija y las nietas ya ellas vinieron a Venezuela, sale a despedirme y en su porche, sus plantas están alegres tal como la dueña y es que la alegría y la buena vibra siempre se comparte.

¿Qué mensaje les puede dar a las mujeres que no se han chequeado sus senos  usted como ejemplo de lucha?.

-Mi mensaje es que no se dejen agarrar de los nervios, yo amo mucho la vida, yo escribo poemas mi mensaje que se hagan los exámenes de mamas que busquen ayuda y tengan mucho entusiasmo que si hay atención temprana esa enfermedad se cura-.

Una sonrisa y un Dios te lo pague es un cierre de triunfo.

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Magali Briceño.