Según la Agencia de Pesca de Japón, los primeros análisis de especies subacuáticas no mostraron alteraciones en su organismo.
Peces analizados no están sufriendo alteraciones
La expulsión de agua contaminada de la central de Fukushima puede poner en riesgo a millones de peces. Sin embargo, tras los primeros análisis que realizaron las autoridades, no se observaron alteraciones en las especies subacuáticas de la zona, al menos en un principio.
El pasado jueves iniciaron las actividades de liberación de agua de la planta que se vio afectada por un tsunami en 2011 y produjo una grave inundación en las instalaciones. Se estima que la liberación tardará cerca de tres décadas, aunque los primeros resultados que arrojaron las investigaciones no mostraron señales de tritio (elemento radioactivo que forma parte del hidrógeno) en el organismo de los peces.
Las muestras que se estudiaron fueron capturadas a cinco kilómetros de la boca de salida del agua en la planta de Fukushima, tal como detalló la Agencia de Pesca en su sitio web. El plan es que sigan tomando peces de la zona para poder estudiar el impacto que genera el líquido que comenzó a expulsar la central hace pocas horas.
Los análisis estarán intensificados durante el primer mes de vertido, así como la publicación de los datos que arrojen, según mencionó la Agencia de Pesca. Por su parte, el Ministerio de Medio Ambiente hizo trabajos sobre el agua marina tomada en un radio de 50 kilómetros alrededor de la planta y mencionaron que el nivel de radiación no se vio alterado.
Cabe mencionar que el proceso es llevado adelante por la operadora Tokyo Electric Power (TEPCO). El mismo realiza el vertido de agua contaminada, con un tratamiento previo, diluida con agua marina sobre el Pacífico. El objetivo del mismo es aliviar la situación en la central a lo largo de los años, pese a las críticas de distintos organismos y gobiernos.
El Ejecutivo nipón decidió en 2021 recurrir a la descarga controlada al mar como vía para deshacerse del líquido contaminado que se acumula en las instalaciones nucleares, donde se agota el espacio para los grandes tanques que lo almacenan, y se considera un paso fundamental para el desmantelamiento de la planta.
El agua contaminada es tratada con el sistema ALPS, capaz de retirar por completo 62 tipos de materiales radiactivos, a excepción del tritio y del carbono-14. El proceso del vertido será supervisado por las autoridades niponas y por el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) para garantizar que se ajusta a los estándares de seguridad internacionales.
Se han registrado protestas en países de la región como Corea del Sur o en China, donde las autoridades han acusado al Gobierno de Tokio de atentar contra el medio ambiente y han prohibido las importaciones de pescado procedentes de Japón.
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Prensa LOV/CCGuerra