Para exhibirla hay que sentirla: «Picos cubiertos de nieve»

Los páramos andinos, muestran sus mejores fotografías en redes, es que no hay temporada ni fechas exacta la naturaleza sabía premiar  a los visitante; con tan espectacular nieve que se posa sobre los elementos casas, parqués, carros y todo lo que este al aire libre.

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«Picos cubiertos de nieve»

Suave fría y mágica,  se deja rodar por las mejillas rosadas de los niños que van contando el palabrero de la loca Luz Caraballo, escrita por la pluma mágica de don  Andrés Eloy Blanco en año 1936.

El humo de leña sale por las chimeneas y el olor a café ,chocolate y guisos con especies se dejan sentir en la brisa fría y espesa del páramo Venezolanos , picos, laderas, lagunas carreteras flora y fauna que parece posar para dibujar el más bello de las pinturas realizada por el  padrea creador.

La pálida Chia (luna) y el ardiente Zuhe (sol) nuca se imaginaron que la radiante Caribay sería la primera mujer, con las gracia y los dones de las leyendas mirripuyes, 5 Águilas blancas que volaban en el firmamento y que se posarían para siempre en el camino de Bolívar en la ruta libertadora.

Poetas y escritores

Poetas, escritores y artistas; escribieron y escriben, cómo Tulio Febres Cordero que de seguro estaba mirando firmemente grabando  en su mente lo que sería una de sus grandes obras y mejor homenaje a los antepasados y lo presente.

Diciembre, enero, junio o agosto, nadie sabe cuándo de forma repentina y rápida, los picos se coronan de nieve, sólo sabemos que los páramos andinos son nuestros, ubicados están en las cordillera de Trujillo y Mérida y es una grata visita para cualquier.

Allá nos esperan los paisanos en ruana, perros grandes mucuchies, las ricas cachapas frutas y Flores todo el año y el frailejón para menguar el frio; no olvide un trago de calentaito y mistela.

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El monumento de la loca Luz Caraballo

El monumento de la loca Luz Caraballo, apuntando con su brazo hacia otra dirección a los españoles, para que no supieran por dónde iba el libertador con los hijos que se le fueron a caballo, algún día le indicará a los depredadores del ambiente que esa no es la ruta que se vallan lejos y que si buscan paz, calma y renacer allá  se les recibe con mucho afectos que siempre acompañan al andino.

Trujillo y Mérida, son pueblos de campesinos de mucha gentileza y respeto profusamente sus espacios y a la madre naturaleza. Siéntala y luego exhíbala.

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Prensa LOV/Magali Briceño

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