Estudio revela que las brochas de maquillaje estarían más sucias que el asiento de un inodoro

El cuidado de la piel y la higiene personal son temas que, en la mayoría de los casos, nos preocupan a diario. Desde los productos que usamos en nuestro rostro hasta las herramientas que empleamos para aplicar el maquillaje, cada detalle cuenta.

Sin embargo, hay un elemento en la rutina de belleza que suele ser pasado por alto: las brochas de maquillaje. A pesar de su uso frecuente y de estar en contacto directo con la piel, muchas personas no le prestan la atención adecuada a la limpieza de estas herramientas.

De hecho, un reciente estudio ha revelado un dato alarmante: las brochas de maquillaje sucias contienen más bacterias que el asiento de un inodoro.

Este descubrimiento ha generado preocupación entre expertos en salud y belleza, quienes advierten sobre los riesgos de utilizar brochas sin una limpieza adecuada. En este artículo, exploraremos los hallazgos del estudio, cómo las bacterias pueden proliferar en las brochas de maquillaje y por qué es crucial mantenerlas limpias para prevenir infecciones y otros problemas dermatológicos.

El estudio en cuestión fue realizado por investigadores de la Universidad de Aberdeen en el Reino Unido, quienes se propusieron investigar la cantidad de bacterias que se encuentran en los accesorios de maquillaje utilizados habitualmente por las personas.

Los resultados de la investigación fueron sorprendentes: las brochas de maquillaje pueden albergar una gran cantidad de bacterias, algunas de las cuales son responsables de afecciones cutáneas como el acné, la dermatitis y otras infecciones de la piel.

En comparación con superficies que comúnmente asociamos con suciedad, como el asiento de un inodoro, las brochas de maquillaje sucias superan este estándar en términos de la cantidad de bacterias presentes.

Los investigadores tomaron una muestra de brochas de maquillaje usadas y las analizaron bajo un microscopio para detectar la presencia de bacterias.

Los resultados fueron alarmantes, ya que encontraron una mezcla de bacterias potencialmente peligrosas, como Staphylococcus aureus y Escherichia coli (E. coli), dos de los patógenos más comunes asociados con infecciones dérmicas.

Estas bacterias, si entran en contacto con la piel, pueden causar una variedad de problemas, desde pequeñas irritaciones hasta infecciones graves que pueden requerir atención médica.

Las brochas de maquillaje, aunque pequeñas y generalmente suaves, son el lugar perfecto para que las bacterias prosperen. Existen varias razones por las cuales las brochas de maquillaje sucias son un caldo de cultivo ideal para estos microorganismos.

Estos residuos pueden crear un ambiente húmedo y pegajoso, lo que facilita el crecimiento de bacterias y hongos. La humedad es uno de los principales factores que favorece la proliferación bacteriana.

Las brochas de maquillaje, en general, no se limpian después de cada uso. Muchas personas las usan durante días o incluso semanas sin realizar una limpieza adecuada. Esto hace que las bacterias se acumulen y se reproduzcan, creando una capa de suciedad difícil de eliminar sin un mantenimiento regular.

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Cada vez que utilizamos una brocha de maquillaje, entra en contacto directo con nuestra piel. Esto significa que las bacterias y otras impurezas que ya puedan estar presentes en la piel se transfieren a las brochas.

Además, si las brochas no se limpian con regularidad, las bacterias que se encuentran en ellas se transfieren de vuelta a la piel, lo que aumenta el riesgo de irritaciones y brotes de acné.

Las zonas donde se almacenan las brochas de maquillaje, como los neceseres o los cajones de maquillaje, a menudo son lugares cálidos y húmedos. Estos ambientes favorecen la proliferación de bacterias y hongos, que pueden sobrevivir durante largos períodos si no se eliminan adecuadamente.

Las bacterias que se acumulan en las brochas de maquillaje pueden obstruir los poros y causar brotes de acné. Esta es una de las afecciones más comunes asociadas con el uso de herramientas de maquillaje sucias. Las bacterias y el maquillaje no removido pueden mezclarse con el aceite natural de la piel y formar una capa gruesa sobre los poros, lo que facilita la aparición de granos e inflamaciones.

Las brochas con una alta concentración de bacterias pueden irritar la piel sensible, causando enrojecimiento, picazón e inflamación. En casos más graves, las bacterias pueden provocar infecciones cutáneas como la foliculitis o dermatitis.

Las brochas de maquillaje utilizadas para aplicar productos cerca de los ojos, como las sombras y los delineadores, pueden ser especialmente peligrosas si no se limpian correctamente. Las bacterias pueden transferirse a los ojos, provocando infecciones como la conjuntivitis o incluso infecciones más graves que requieran tratamiento médico.

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Algunos microorganismos presentes en las brochas de maquillaje pueden causar reacciones alérgicas o exacerbar problemas dermatológicos existentes.

Las personas con piel sensible o con condiciones como el eczema o la rosácea pueden experimentar brotes más severos debido al contacto con bacterias y hongos presentes en las herramientas de maquillaje.

La buena noticia es que prevenir estos problemas es bastante sencillo. Mantener las brochas de maquillaje limpias es clave para evitar el crecimiento de bacterias y garantizar una aplicación de maquillaje segura. 

Lo ideal es limpiar las brochas de maquillaje al menos una vez a la semana, o más si las usas a diario. Existen limpiadores especiales para brochas o también puedes optar por productos naturales como el jabón de manos suave o el aceite de oliva.

Es importante dejar las brochas secar al aire en posición horizontal, para evitar que el agua entre en el mango, lo que podría dañarlas.

Aunque parezca tentador compartir tus brochas con amigas o familiares, lo mejor es evitarlo. El uso compartido de estas herramientas puede transferir bacterias y otros microorganismos que pueden ser perjudiciales para la salud de la piel.

Mantén tus brochas en un lugar limpio y seco. Usar un soporte adecuado para brochas o guardarlas en un estuche hermético ayuda a reducir el riesgo de exposición a bacterias y otros contaminantes.

El estudio que revela que las brochas de maquillaje sucias contienen más bacterias que el asiento de un inodoro es una llamada de atención sobre la importancia de mantener una correcta higiene en nuestras herramientas de belleza.

Las brochas no solo son instrumentos de aplicación, sino que también son un reflejo directo de la salud de nuestra piel. Por lo tanto, es fundamental ser conscientes de los riesgos que implica no limpiarlas regularmente. Adoptar una rutina de limpieza adecuada no solo mejorará el aspecto de tu piel, sino que también reducirá el riesgo de infecciones y otros problemas dermatológicos.

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Prensa LOV/Carmen Cecilia Guerra

Agencia

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