Los muñecos Labubu, esos espeluznantes monstruitos adorables con cuerpos esponjosos y sonrisas afiladas como cuchillas. Creados originalmente por el artista hongkonés Kasing Lung para su serie de libros ilustrados ‘Monsters’, se convirtieron en figuritas en 2019 como parte de una colaboración con la fábrica de juguetes Pop Mart.
Desde entonces, su popularidad se ha disparado, especialmente en forma de amuleto para colgar del bolso. La semana pasada, Pop Mart decidió retirar los juguetes de sus tiendas del Reino Unido hasta junio, alegando «posibles problemas de seguridad». Muchos fans han respondido decepcionados.
Peleas en una tienda de Londres
El anuncio se produce tras una pelea que, al parecer, estalló en una tienda de Londres, donde la gente había hecho cola durante la noche para conseguir las últimas ediciones de Labubu. «La gente gritaba diciendo que ya no quedaban Labubus«, declaró un cliente a la ‘BBC’. «Incluso presencié una pelea entre un trabajador y un cliente».
TikTok ha alimentado esta locura
Esta tendencia comenzó a hacerse viral en TikTok. Lisa, miembro de la popular banda de K-pop Blackpink, llevaba un muñeco Labubu colgado del bolso. En el momento de escribir estas líneas, hay 1,4 millones de mensajes etiquetados con #Labubu.
La gente comparte con entusiasmo sus colecciones de Labubus incluso versiones hechas de ganchillo. En una época en la que la mayoría de las cosas se producen en masa y son fáciles de conseguir, las ediciones limitadas de Pop Mart crean gran expectación.
Estos muñecos suelen costar en el Reino Unido entre 13,50 libras (16 euros) y 50 libras (59 euros), aunque las ediciones raras pueden llegar a costar incluso más. Una de las principales razones del reciente caos se debe a la reventa. Hay quienes compran frenéticamente nuevas ediciones sólo para subir el precio, dejando a las tiendas sin stock.
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Desde los Jellycats hasta los Squishmallows, los adultos son los principales consumidores de este tipo de muñecos. Según el grupo de investigación Circana, los mayores de 18 años compran uno de cada cinco juguetes y juegos para sí mismos.
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Se trata de un mercado en rápido crecimiento, conocido como ‘kidults’, y motivado por una mezcla de factores, como que los jóvenes se emancipan más tarde y tienen una especie de ansiedad existencial. Son adultos que, aún siendo funcionales en sus vidas, mantienen una pasión por productos y actividades típicamente infantiles, como juguetes coleccionables, dibujos animados y ropa con diseños juveniles. El éxito de estos muñecos es la mezcla que tienen entre lo dulce y lo siniestro y parece que están tramando algo inquietante. Labubu es el nuevo muñeco de moda de los ‘kidults’.
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Prensa LOV/Carmen Cecilia Guerra
Agencias