El Bullying no es nada nuevo en nuestro país, ya que lleva décadas suscitándose en los planteles educativos, pero en los últimos años, se ha acentuado aún más, con la agresión física y verbal de los más fuertes hacia los más débiles, y sin mencionar, los ataques a la reputación de estos últimos, por las redes sociales.
Bullying en Venezuela
El Bullying o acoso escolar, es la exposición de un estudiante, de forma repetitiva en el tiempo, a acciones negativas que le causen daño o incomodidad por parte de otros estudiantes, compañeros de clase o del plantel.
Las razones por las cuales es agredido el estudiante, son por ser diferente a su grupo de clase, por tener otros intereses o gustos diferentes, por tener un comportamiento distinto, inclusive por provenir de otra ciudad o país, tener otra cultura, color de piel, posición social o educativa.
Las agresiones como tal se manifiestan de distintas maneras: insultos, amenazas verbales y físicas, discriminación explícita, exclusión total del entorno de clase, difamación, rumores en su contra, empujones, golpes, humillaciones en el camino a sus casas, entre otros.
El escenario del acoso escolar es simple: víctima y victimarios
La intimidación siempre es una herramienta para agredir a la víctima, con agresiones físicas, gritos y asfixias, patadas, e incluso las más graves como palizas, puñaladas, que pueden ocasionar la muerte.
Para las chicas, a veces las agresiones son sólo psicológicas y verbales como la constante burla de su vestimenta o físico; sin embargo en Venezuela, ya no existen diferencias de sexo, en cuanto al tipo de agresión, puesto que la violencia de género, también explota dentro y fuera de los salones de clases, caracterizada por golpizas de varones hacia hembras.
La Cecodap, realizó un análisis cualitativo con 300 estudiantes, de los últimos niveles de educación básica y diversificada de la ciudad de Caracas, en el que se constató, que un 40 por ciento de los encuestados tenía conocimiento de este tipo de maltratos en sus salones de clase.
En un estudio al respecto, realizado por el Centro Gumillas, se pudo conocer que 1 de cada 3 niños encuestado ha sido víctima de discriminación o violencia en su entorno escolar.
Asimismo, 88% de los alumnos entrevistados ha presenciado agresiones verbales y 79% agresiones físicas.
Una maestra narró, que muchos estudiantes abandonan la educación, porque no se sienten seguros asistiendo a clases: “Hay niños que en el recorrido desde sus casas los amenazan, los roban, les dicen cosas y esos niños temen volver al colegio”, dijo.
¿Cómo saber si mi hijo/hija es víctima de Bullying?
Comúnmente los niños y adolescentes, que son acosados o víctimas de estos hechos, no suelen expresarlo a sus padres; pueden tener una pérdida de peso considerable, suelen ser retraídos, no frecuentan amigos y suelen tener un comportamiento asocial ya que tienen dificultades para relacionarse con los demás, tienen baja autoestima, no expresan su opinión, tienen constantes depresiones y no se sienten a gusto con nada de su entorno.
En estos casos los padres y representantes, deben hablar con sus hijos, acercarse a ellos, hallar las razones de su conducta y posteriormente buscar ayuda profesional de psicólogos, ya que estos traumas pueden perdurar por años y pueden tener graves consecuencias.
Las acciones necesarias que deben tomar los padres contra los agresores es denunciar la violencia escolar que sufren sus hijos, ante las autoridades como: Defensoría del Pueblo, Fiscalía o Ministerio de Educación, Ministerio Público, LOPNA, en dado caso de que la directiva del plantel no se responsabilice por las agresiones cometidas (situación que comúnmente sucede, ya que también existe complicidad de profesores con los agresores).
Papel del docente ante el acoso escolar
El papel de los docentes y profesores, es de vital importancia a la hora de evitar posibles situaciones de acoso escolar en el aula. Una actitud pasiva al respecto, dejará vía libre a los agresores para tomar el control y comenzar a dominar, agrediendo a cualquier compañero.
Cinco consejos para los profesores que deben enfrentarse al acoso escolar
1. Tratar a los estudiantes con respeto
Faltarles el respeto a los estudiantes no brinda un buen ejemplo, al contrario, les transmite el mensaje de que quienes tienen el poder pueden usarlo contra los más débiles.
También es importante que los maestros se muestren abiertos y disponibles, de manera que si un estudiante es víctima del acoso, se sienta lo suficientemente cómodo y seguro como para confesar lo que sucede.
2. Planificar actividades que condenen el acoso
Enseñar el plan de estudios es importante, pero de vez en cuando, sobre todo para educar en valores, es necesario recurrir a soluciones más originales que se salgan del guion curricular.
Por ejemplo, existen muchos libros, películas y programas de televisión que sirven de base para discutir el impacto del acoso escolar y, de paso, lograr que los estudiantes puedan desarrollar cierto nivel de empatía con la víctima.
Es importante no limitarse a un análisis meramente cognitivo, sino profundizar en las heridas emocionales que deja el bullying.
3. Detener inmediatamente la intimidación
Si el maestro es testigo de una situación de acoso, debe detenerla inmediatamente. Es importante que los estudiantes sean conscientes de que los profesores no permiten que otros niños o adolescentes sean maltratados y sepan que las víctimas cuentan con el apoyo de las instituciones.
En estos casos, se recomienda que el maestro imponga su autoridad y que no intente mediar, como si se tratara de un simple conflicto, ya que en los casos de acoso siempre existe una gran desproporción de poder y el intento de mediar, a menudo solo sirve para que la víctima, se sienta aún más indefensa y expuesta.
4. Hablar con el agresor en privado
En muchos casos, los agresores son niños o adolescentes que provienen de hogares disfuncionales, donde se aceptan y se ponen en práctica diferentes formas de violencia.
En otros casos, el propio agresor fue en otro momento una víctima del bullying y su comportamiento violento es su forma de defenderse.
Por eso, es importante hablar con ese estudiante en privado, intentando comprender por qué se comporta así.
Si el maestro detecta que tiene problemas para controlar la ira o muestra conductas disfuncionales, lo ideal sería que lo remitiera a un psicólogo.
5. Notificar lo ocurrido y darle seguimiento
Los maestros, deben reportar los casos de acoso al director de la escuela, y también es conveniente que se lo comunique a los padres de todos los implicados, tanto la víctima como el agresor.
De hecho, a menudo los padres no están al tanto de los comportamientos de sus hijos, pero son una pieza clave para resolver ese conflicto.
Igualmente, es importante que el profesor se mantenga atento a cómo se desenvuelve la situación y que tenga en cuenta que normalmente el acoso se produce, cuando los estudiantes están sin supervisión escolar.
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Carmen Cecilia Guerra/CNP:14.136
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